La pandemia golpea a la cultura y afecta más a los artistas independientes
La cuarentena obligó a la cancelación de todos los shows de música, obras
de teatro y el cierre de salas de cine. Aumentan las transmisiones vía
streaming, pero en la mayoría de los casos funcionan como una estrategia de
difusión que no genera ingresos. La difícil situación de los trabajadores del
área.
Foto: Edgardo Gomez
22/03/20
La pandemia desatada
por el coronavirus está generando una gran crisis en el ámbito de la cultura y
su desenlace todavía es un enigma. El avance del virus y las cuarentenas cada
vez más estrictas obligaron a cancelar toda actividad que implique contacto
social. Así, el mundo de la música, el cine y el teatro se encuentran casi
paralizados, lo que genera una gran incertidumbre para miles de trabajadores
del sector. Como siempre, monotributistas y quienes son obligados a realizar
sus tareas en el marco de la economía informal son quienes más padecen esta
grave situación.
Repasemos. Si la
semana pasada ciertas actividades podían desarrollarse con 200 personas como
capacidad máxima, hoy todo aquello pertenece al pasado. El avance de la
pandemia es tan sostenido que se tornó impracticable la realización de todo
encuentro cultural. Pero el cese de actividades no sólo perjudica a sus
protagonistas más visibles: también alcanza a miles de personas que trabajan en
esos ámbitos. Iluminadores, sonidistas, vestuaristas, acomodadores, personal de
limpieza y agentes de prensa, entre muchos otros, forman parte de quienes –en
la mayoría de los casos– al no poder trabajar no reciben ingresos. De esa
forma, se construye un gigantesco signo de pregunta inédito en el contexto de
las industrias culturales.
Pocos días atrás, el
ministro de Cultura Tristán Bauer se reunió con Enrique Avogadro (su par en el
Gobierno de la Ciudad) y Augusto Costa (ministro de Producción, Ciencia e Innovación
de la provincia de Buenos Aires) para desarrollar estrategias que mitiguen las
consecuencias de la pandemia. Se partió por implementar diferentes herramientas
digitales para asegurar el libre acceso en todo el país a múltiples actividades
artísticas y culturales que hasta no hace mucho era posible observarlas en
salas, estadios, centros culturales, teatros y diferentes espacios.
Pero una cosa es la
difusión –siempre necesaria– y otra los ingresos de quienes trabajan en el
sector. Días antes una carta abierta firmada por trabajadores de la cultura fue
enviada al presidente Alberto Fernández y a Bauer. En ella se detallaba el
estado en algunos casos desesperante de muchos trabajadores del sector. Bauer,
Avogadro y Costa se comprometieron a analizar e impulsar medidas económicas de
apoyo a los diferentes sectores culturales que se vean afectados directa o
indirectamente en este contexto de emergencia sanitaria. Pero se sabe que la
pandemia puso en estado crítico a múltiples ámbitos de la sociedad argentina,
la lista de necesidades es larga y se esperan novedades más concretas.
El estado de
profunda preocupación también domina a la Asociación Argentina de Actores. La
entidad llamó por vía de un comunicado a suspender al menos hasta el 31 de
marzo todas las actividades del sector. Para Alejandra Darín, presidenta de la
entidad, lo que se experimenta en el país no tiene precedentes conocidos: “Lo
primero que debemos tener en cuenta es cómo cambian las cosas con este virus.
Es muy difícil evaluar otra cosa que no sea detener el contagio. A nivel
gubernamental creo que se está haciendo lo mejor desde el manejo de los tiempos
y el ritmo que nos impone esa situación. Los actores y nuestra obra social
estamos en un momento muy bravo, mucho más con un cuadro de pandemia. Nuestra
actividad tiene factores de riesgo y creemos que sería peor infectarnos o ser
portadores porque pondríamos en riesgo a nuestros conciudadanos. Transitamos
una etapa de cuidados colectivos que detiene a nuestra maquinaria productiva,
pero es algo necesario. Más allá de que lo nuestro como actores se empeore,
antes que eso está la vida de la gente, la salud”.
No son pocos los
artistas que encuentran en el uso de la tecnología una instancia paliativa para
seguir dando a conocer sus novedades. La vía de las transmisiones por internet
o streaming hoy por hoy es la herramienta más usada –ver recuadro– para seguir
en movimiento. Las señales de cable no se quedaron atrás y muchas de ellas
liberaron contenidos Premium para acompañar la cuarentena obligatoria que rige
en el país y buena parte del mundo. Y si en cada dificultad el mundo del
marketing encuentra una oportunidad, muchos creadores de contenidos tomaron
esas palabras al pie de la letra para que sus productos lleguen a una mayor
cantidad de público. Pero esas transmisiones todavía están lejos de ser una
fuente de ingresos como lo eran hasta hace muy pocos días las presentaciones
públicas.
El mundo del cine
también potencia formar alternativas de circulación de contenidos. El Incaa y
directores como Mariano Llinás –entre muchos otros– decidieron liberar
contenidos para que puedan ser vistos de manera online y generar alivio para
millones de cinéfilos ante la imposibilidad de ir a una sala convencional
cinematográfica. El Incaa ofreció el sitio Cine.ar para exhibir las películas
nacionales que iban a estrenarse en las salas a sólo 30 pesos por película. Por
el lado de Llinás, la sorpresa fue aún mayor: el director anunció que su
película La Flor (una producción que supera las 14 horas de duración y que por
tamaña duración pocos tuvieron la oportunidad de verla) finalmente podrá ser
observada durante la cuarentena de manera gratuita vía YouTube en los próximos
días.
La Unión de Músicos
Independientes (UMI) se encuentra expectante porque sus asociados no pueden
tocar en vivo y generar ingresos. “Nuestro sector está compuesto por 7000
afiliados y todo esto nos pega muchísimo, pero también entendemos que no es
algo que nos suceda sólo a nosotros. Es cierto que nos golpea más porque el
sector independiente de músicos vive de sus shows. Algunos de ellos también de
sus clases, las cuales ahora se intentan dar vía Skype, por ejemplo, pero no
todos pueden adaptarse a ese formato. Por el momento tenemos reuniones con
gente del Ministerio de Cultura y de diferentes entidades que observan con
preocupación todo lo que sucede para ver qué medidas se pueden tomar para
paliar, aunque sea un poco, las consecuencias de esta actualidad. Veríamos bien
que no se pague por un tiempo el monotributo o que se puedan monetizar los
shows vía streaming. Pero lo concreto es que la situación es tan compleja como
incierta”, detalla Juan Ignacio Vázquez, presidente de la institución.
Otros trabajadores
que por estos días ven gravemente afectados sus ingresos son los agentes de
prensa. Ellos se agruparon y lanzaron a comienzos de semana una petición (vía
Change.Org) dirigida al Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, ya
que la actividad que desarrollan se encuentra totalmente paralizada por las
consecuencias generadas por el coronavirus.
“La gran mayoría de
nosotros somos monotributistasy sumamos poco más de mil trabajadores.
Actualmente no estamos trabajando, pero debemos pagar el costo del monotributo
igual. Nuestro sector necesita una ayuda urgente porque la paralización de
espectáculos es notoria, nadie tiene trabajo. Pero servicios, alquileres y
comida también hay que seguir pagando. Todavía no tuvimos una respuesta
concreta por parte de las autoridades a nuestro pedido, pero esperamos tenerla
en breve porque somos un sector que viene muy golpeado ya desde hace cuatro
años y ahora la situación es desesperante”, aclara Mónica Delfino, agente de
prensa decana que por estos días también se encuentra en estado de cuarentena
domiciliaria. El presidente Fernández mencionó la difícil situación de los
monotributistas en su última conferencia de prensa y se esperan novedades al
respecto.
El camino del streaming
La cancelación de
giras mundiales, conciertos y festivales debido a las consecuencias generadas
por el coronavirus anuló las actividades de cientos de músicos alrededor del
mundo. Sin embargo y en tiempos de aislamiento social, la instancia de las
transmisiones vía streaming permitió que muchos artistas puedan seguir
presentándose en vivo, algo que hasta no hace mucho era algo llamativo y
reservado para pocos artistas. Quien rápidamente echó mano a la tecnología fue
Jorge Drexler, quien la semana pasada al suspenderse su show en Costa Rica
ofreció un concierto en un teatro vacío, y hasta compuso una canción llamada “Codo
a codo”. Otro que siguió sus pasos fue Fito Páez, quien el viernes tocó las
canciones de La conquista del espacio, su nuevo disco que no pudo presentar en
su Rosario natal. Otros que armaron sus shows vía streaming fueron Alejandro
Sanz, Juanes, Chris Martin (Coldplay), Diego Frenkel, Gabo Ferro y a futuro
Neil Young, quien anunció una próxima presentación en el living de su hogar,
que podrá ser vista en directo en su página web.
Pero no todo es
música. Humoristas y standaperos también apelan a esta estrategia. Bajo cuatro
turnos (mañana, tarde, noche y trasnoche) más de una veintena de ellos (entre
los que se destacan Ezequiel Campa, Fede Simonetti y Flora Alkorta) utilizarán
la red social Instagram para pasar el trance de la cuarentena de la mejor manera
posible frente a las pantallas. Solo hay que buscar el hashtag #Comedia24hs
para disfrutar de un desfile de 30 comediantes que estarán media hora cada uno
realizando sus rutinas.
En el ámbito del
teatro, se destaca Programación on-line en tiempos de cuarentena, el proyecto
del director Claudio Tolcachir. La iniciativa permitirá ver en su cuenta de
Twitter los viernes, sábados y domingos a las 20 horas las obras El viento en
un violín, Emilia y Dinamo.
Fuente: Diario Tiempo Argentino Por Diego Gez - @diegogez
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