Coronavirus: Argentina fabricará sus propios termómetros infrarrojos inteligentes
Comenzará a producirlos la Fábrica Argentina de Nanosensores “IOT”, una
empresa estatal de Misiones. Como sus componentes son locales, costarán seis
veces menos que los importados. Recibió un subsidio de 8 millones de pesos por
parte del gobierno.
29/05/2020
“El termómetro es un producto que crecerá de manera exponencial porque
el mercado es el mundo, realmente no tiene techo. Estamos en camino a ser una
de las tres fábricas en el planeta que desarrollará un dispositivo con estas
características. Se nos abre una posibilidad inmensa de desarrollo
económico, productivo y de puestos de trabajo para los chicos de nuestra
provincia”, dice Miguel Sedoff, ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de
Misiones.
Frente a la pandemia, las necesidades se han transformado. En la
actualidad, los termómetros infrarrojos para medir temperatura en humanos
resultan claves porque la fiebre es uno de los principales síntomas de
covid-19. Como en el país no había quienes lo produjeran, la Fábrica Argentina
de NanoSensores IOT (Fan IOT, “Internet of things”, por sus siglas en inglés)
tomó la posta desde marzo y se encargará de ello. El producto ya está
listo, fue testeado y validado. De manera reciente, la empresa estatal de
Misiones recibió un subsidio de 8 millones de pesos a través de la Agencia
Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la
Innovación que pertenece al MinCyT.
¿En qué consiste la tecnología? Se trata de un termómetro infrarrojo
inteligente. Si bien en el mercado global existen sistemas similares desde hace
décadas, lo novedoso en este caso es la integración de las capacidades
IOT. Tras medir la temperatura de las personas, los datos obtenidos
podrían ser enviados vía wifi a un sistema propietario o a aplicaciones de
terceros mediante un protocolo abierto. En el marco de la pandemia, será
central porque permite la detección temprana de casos y podría contribuir a
disminuir las chances de propagación del virus. Los sensores deberían ubicarse
en los ingresos y las salidas de colegios, aeropuertos, centros comerciales y
hospitales, entre otras instituciones, y conectar con un sistema de alarmas a
través de mapas de calor georeferenciados.
“Son termómetros infrarrojos que tienen capacidades superiores a las
que estaban en el mercado. Hoy en día los pocos que se utilizan provienen de
China y, en general, son de uso industrial, por lo que no son aptos para medir
temperatura humana. La novedad reside en que más allá de tomar la temperatura,
incorporamos algoritmos muy complejos para calcular la distancia respecto del
objetivo y la información que se obtiene es enviada a la nube. Ello significa
que nosotros tenemos un panel de control desde el cual podremos elaborar
cálculos predictivos para analizar lo que está sucediendo en tiempo real.
Asimismo podremos diseñar mapas de calor y seguir bien de cerquita la
propagación del virus”, describe Martín Bueno, integrante del directorio de
FanIOT.
El 99% de los insumos (electrónica, encapsulado, diseño, impresiones,
packaging) para fabricar estos termómetros fueron creados en el ámbito local. A
diferencia del valor de los importados que oscila en los 800 dólares, el creado
por FanIOT costará alrededor de 150. “Los termómetros similares que vemos en
videos que nos llegan y poseen algún grado de reconocimiento facial son muy
grandes y mucho más caros que nuestra propuesta. Estamos en presencia de una
producción enteramente doméstica y con un valor seis veces más bajo. Tiene
capacidades vinculadas a Internet de las cosas que los otros ejemplares no
disponen. A partir de junio fabricaremos los primeros 100, a comienzos de
julio tendremos 1000 y, más tarde, entraremos en una escala industrial con
números mucho más grandes”, asegura Bueno.
FanIOT nació, a fines de 2019, como consorcio de cooperación entre el
Gobierno de Misiones, representado por el Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología; Marandu Comunicaciones SE; PoloTic Misiones y --la empresa de Nano
Sensores-- Smartcultiva. Aunque el objetivo inicial era el desarrollo de kits
educativos para robótica y sensores para Ciudades Inteligentes, la
pandemia los obligó a un golpe de timón que, por la experiencia acumulada, no
interpuso demasiados obstáculos. De hecho, desde hace tres años, Smartcultiva
provee de nanosensores de última generación a la NASA y su programa Marte 2030.
“Desde que asumí en el cargo (diciembre pasado) me pareció fundamental
desarrollar tecnología propia. La primera acción que realicé como ministro fue
poner en marcha FanIOT, un consorcio público-privado que reuniera las mejores
cualidades que aportan ambos espacios. Me refiero a la innovación tecnológica
que aporta lo privado y la decisión estratégica y la visión más general del
ámbito público”, relata Sedoff.
En esta línea, desde su gestión, Misiones promueve la puesta en marcha
de plataformas digitales educativas --que en la actualidad emergen a partir de
un rol protagónico-- y kits de robótica autóctonos para reemplazar a los que
tradicionalmente se importaban desde China. “Estoy convencido de que nuestra
provincia tiene que apuntar a promover la ciencia y la tecnología como vía
indispensable para mejorar su matriz productiva. Con el turismo
estacionado durante esta época, es la economía del conocimiento la que nos
brinda la chance de un crecimiento exponencial. Como economías regionales y
pequeñas tenemos que ser muy ágiles, estar bien despiertas”, advierte Sedoff y
concluye: “Misiones es la anteúltima provincia del país en relación a su tamaño
y, además, está lejos del centro bonaerense. Lo que nosotros queremos demostrar
es que somos capaces, que es posible construir conocimiento sin pasar siempre
por Buenos Aires, que estamos en condiciones de disputar un mercado global si
tenemos ideas pujantes”.
Fuente:pagina12.com.ar

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