Dormir en tiempos de cuarentena: el efecto de los cambios de rutina en el sueño
El ciclo de sueño-vigilia involucra tanto nuestras rutinas del día como las de la noche, razón por la cual los cambios en cualquiera de ellas afectan al sueño.
13/05/2020
La pandemia
por coronavirus generó una serie de cambios bruscos en nuestros hábitos y
en nuestra forma de vivir. Representa una situación estresante sin precedentes
cercanos y de duración desconocida que amenaza nuestra salud y la de nuestros
seres queridos, así como también nuestra estabilidad económica.
En este
contexto de cambios de rutina, uno de los procesos más afectados es el
sueño.
El ciclo
de sueño-vigilia involucra tanto nuestras rutinas del día como las de la
noche, razón por la cual los cambios en cualquiera de ellas afectan al sueño.
Este ciclo es regulado por la presencia de luz, así como también por la
alimentación y el ejercicio físico.
Sumado a lo
anterior, el contexto de pandemia se asocia con un aumento de la ansiedad y
cambios del estado de ánimo, que también impactan en el sueño.
Complementariamente, el sueño cumple un rol central en la regulación emocional,
por lo que las dificultades para dormir afectan el funcionamiento emocional del
día siguiente.
Como
antecedente, en cuarentenas previas por otras epidemias, se registró un aumento
del insomnio y de síntomas de ansiedad inducidos por insomnio.
Los problemas
del sueño asociados al estrés son comunes y están muy reportados en la
literatura científica. Incluso, los antecedentes de insomnio son un factor de
riesgo para el desarrollo de estrés postraumático en personas expuestas a un
trauma.
En un
estudio reciente de China con más de 7.000 encuestados en zonas en donde hubo
numerosos casos de coronavirus, el 18,2% reportó problemas en la calidad del
sueño, especialmente en trabajadores de la salud (1 de cada 4) afectando igual
a ambos sexos y a todas las franjas etarias.
Ahora bien,
los problemas del sueño no se reducen al insomnio. También ha aumentado el
reporte de sueños vívidos y pesadillas. En este sentido, algunas hipótesis
indican que es probable que el aumento de horas de sueño y de mayor presencia
de fases REM (en la que aparecen las imágenes oníricas) se asocie con sueños
más vívidos y fáciles de recordar. Complementariamente la ansiedad y el estrés pueden
favorecer contenidos compatibles con esas emociones.
A modo de
cierre, sepamos qué podemos hacer cosas para dormir mejor. Para ello, es
importante seguir estas recomendaciones:
* Reservar
la habitación para dormir, evitando hacer otro tipo de actividades (ver
dispositivos electrónicos, trabajar, etc.).
* Mantener
un horario estable de acostarse y de levantarse.
* Tomar un
tiempo para hablar/escribir sobre lo que nos pasa
* Mantener
un contacto con personas significativas para hablar de cosas agradables o
distintas al coronavirus.
* Limitar la
exposición a la información de la pandemia.
* Mantener
una rutina de ejercicio regular alejado de la hora de acostarse.
* Exponerse
a la luz solar durante el día.
* Cenar de
forma poco abundante.
* Realizar
actividades relajantes previas a la hora de dormir.
Pablo López
es director académico de Director Académico de Fundación INECO (Instituto de
Neurología Cognitiva) y director de la Carrera de Psicología de Universidad
Favaloro.
Fuente:viapais.com.ar

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