¿Por qué el aumento de la emisión monetaria redujo la inflación?
El índice de
abril fue de 1,5 por ciento, el más bajo de los últimos 31 meses, con una
expansión del 42 por ciento de la base monetaria. En Argentina se sigue discutiendo
una teoría de la inflación que ya no se enseña, no se discute y no se aplica en
ninguna economía relevante del mundo. La inflación futura sólo tendrá
lugar si se descuida el frente financiero de nuestra economía.
La inflación
resultó ser absolutamente lo contrario de lo anticipado por la teoría
monetarista: a mayor emisión, menor inflación. Imagen: Guadalupe
Lombardo
17/05/2020
“La emisión
genera inflación” es una frase repetida hasta el hartazgo en un país harto de
la inflación. Ya es parte del sentido común del argentino. Se escucha en
asados, taxis, colectivos y charlas de café. Y tiene distintas versiones:
“darle a la maquinita”, “imprimir papelitos”, entre otros éxitos.
El tema es
grave porque, sorprendente, en Argentina se sigue discutiendo una teoría de la
inflación que ya no se enseña, no se discute y no se aplica en ninguna economía
relevante del mundo. Es incluso más grave, porque la última vez que
Argentina aplicó esa teoría, terminamos con la inflación más alta desde la
hiperinflación de los ’80.
Parece hace
un siglo, pero hace nada más unos meses Argentina fue un conejillo de indias de
esta teoría: la administración de Cambiemos, bajo el experto consejo del
FMI, ensayó con un programa de “emisión cero”. Si la inflación era causada por
la emisión monetaria, dejar de emitir sería la mejor receta para eliminar la
inflación.
La política
de emisión monetaria cero duró un año: entre septiembre de 2018 y septiembre de
2019 la base monetaria creció exactamente 0,8 por ciento en términos
nominales. Prácticamente cero.
Durante ese
mismo período, la inflación fue 50 por ciento. Emisión Cero=Inflación
50%.
Casi como
contracara de ese experimento, y tal y como se observa en el gráfico que
acompaña esta nota, la emisión monetaria tuvo una expansión fenomenal entre
el 5 de marzo y el 16 de abril, con un crecimiento de 42 por ciento en nada más
que 25 días.
Esto fue
parte del paquete económico lanzado por el gobierno para enfrentar la
CovidD-19. Apenas anunciado el paquete, no pocos economistas comenzaron a alertar
sobre los riesgos de un desborde inflacionario. Algunos fueron por más y
se aventuraron a proyectar una hiperinflación. Las alternativas propuestas a la
emisión fueron desde la necesidad de realizar un gran ajuste, hasta la ridícula
propuesta de una cuasimoneda relacionada con la pandemia.
Para
sorpresa de todos ellos, la inflación de abril fue de 1,5 por ciento, la más
baja de los últimos 31 meses.
La inflación
resultó ser absolutamente lo contrario de lo anticipado por la teoría: a mayor
emisión, menor inflación. Algunos análisis son, evidentemente, inmunes a la
evidencia empírica. Pero ¿cómo se explica el fenómeno monetario e inflacionario
de abril?
Un poco de
(buena) teoría económica
El truco
básico del monetarismo es asumir como fijos factores que no lo son. Un ejemplo
contribuirá a aclarar. En una economía en la que hay dinero, siempre se cumple
que la cantidad de dinero que existe multiplicada por su velocidad de
circulación es igual al valor monetario de las transacciones que existen en esa
economía.
Simplifiquemos
esto. Digamos que M es el dinero, V es su velocidad de circulación, P
es el precio, y T son las transacciones.
Supongamos
una economía donde Juana tiene un billete de $100 que lo usa para comprar un
kilo de fideos a Pedro. La cantidad de dinero es $100. Su velocidad de
circulación, definida como la cantidad de veces que el dinero cambia de manos,
es 1 (Juana cambió el billete por los fideos de Pedro), el nivel de precios es
$100 (eso cuestan los fideos) y la cantidad de transacciones es 1 (hubo una
sola venta de fideos):
MxV = PxT
$100x1 =
$100x1
Compliquemos
un poco más nuestra economía. Supongamos que luego de que Juana compre los
fideos a Pedro, éste usa ese dinero para comprarse unas medias que vende María.
¿Cómo se altera nuestra igualdad?
$100x2 =
$100x2
Vale la pena
ver esto en detalle. Lo que acaba de ocurrir es que el nivel de
transacciones se acaba de duplicar sin que haya mediado ningún aumento en la
cantidad de dinero. Lo que ocurrió es que se duplicó la velocidad de
circulación del dinero: el mismo billete de $100 ahora pasó por dos manos
(primero las de Pedro y luego las de María).
Demos un
paso más. Supongamos que ahora el Estado decide emitir $100 adicionales y se
los da a Juana. Y supongamos que Juana decide utilizarlos para comprar otro
paquete de fideos ¿Qué pasaría? Pues bien, podría pasar que Pedro tuviera otro
paquete de fideos y decidiera venderlo y que luego comprara otro paquete de
medias, tendríamos:
$200x2 =
$100x4
Duplicar la
cantidad de dinero duplicaría el nivel de actividad. Aumentar la emisión
permitiría aumentar la actividad económica.
¿Cómo hace
entonces el monetarismo para decir que la emisión siempre genera
inflación? Sencillo: supone que 2 de estos 4 componentes que tenemos en
nuestra igualdad son siempre fijos, inamovibles.
Lo primero
que supone el monetarismo es que la velocidad de circulación del dinero es
constante, es decir, es siempre el mismo número. Esto se basaría en las
costumbres acerca de cómo la gente utiliza el dinero, costumbres que no se
alterarían de manera dramática en períodos cortos de tiempo. Volveremos sobre
esto en breve.
Lo segundo
es suponer que el nivel de transacciones de la economía no puede alterarse
porque ese nivel es el máximo posible. Esto es suponer que la economía está en
pleno empleo ¿Cómo? Sencillo: porque para el monetarismo el funcionamiento del
mercado es suficiente para asegurar que se emplean de manera completa los
factores de producción disponibles. Si esto fuera así, cuando el Estado decide
aumentar la cantidad de dinero en $100, lo que ocurriría es lo siguiente:
$200x2 =
$200x2
En lugar de
aumentar las transacciones de 2 a 4, lo que pasaría es que los precios
aumentarían de $100 a $200: aumentar 100% la emisión monetaria generaría 100%
de inflación.
Para
entender por qué estar teoría no se cumple, se pueden utilizar varios
argumentos. El primero es preguntarnos si, al momento de emitir, la economía
se encuentra en pleno empleo. Al parecer, para una buena cantidad de analistas
la economía argentina está en pleno empleo en el medio de la Covid-19.
También nos
podríamos preguntar cómo se las ingenia el monetarismo para explicar una
dinámica que, desafortunadamente, es muy típica de Argentina: que la
inflación suba al mismo tiempo que lo hace el desempleo.
Los intentos
por explicar de manera consistente esta dinámica son realmente calamitosos.
Pensemos
ahora un poco fuera de la caja de herramientas del monetarismo. Pensemos qué
podría estar pasando en el medio de la Covid-19 para que la emisión monetaria
aumente de esta manera y al mismo tiempo la tasa de inflación se reduzca.
Partamos de algo bien sencillo y supongamos que la economía se encuentra
operando en este nivel:
$1000x10 =
$100x100
Es claro que
a causa de la Covid-19 la actividad económica está en caída libre. Es decir,
estaría bajando la T (transacciones) de nuestro ejemplo. Supongamos
que la economía está cayendo a la mitad, tal que T en lugar de ser
100 es 50. Pues bien, para que nuestra igualdad se mantenga, lo que debería
ocurrir es que los precios se redujeran a la mitad, es decir, que tuviéramos
deflación. Pero ese no es el caso. A pesar de que la inflación se redujo, sigue
siendo positiva. Y, además, sabemos que el gobierno está aumentando casi un 50%
la emisión, de manera que tendríamos lo siguiente:
$1500 x ¿V?
= $100x50
Para que
esta igualdad se cumpla, lo único que puede estar pasando es V=3,33. Es
decir, que esté cayendo fuertemente la velocidad de circulación del
dinero.
¿Es eso lo
que está pasando?
¡Efectivamente!
La Covid-19
genera, aquí en Argentina y en prácticamente todos los lugares del mundo, una dramática
caída en la velocidad de circulación del dinero: la cuarentena anula la
movilidad de la población y, con eso, la movilidad del dinero, es decir, su
velocidad de circulación. Y esto es aún más drástico en un país como Argentina
donde la movilidad del dinero depende de la movilidad física de la gente. La movilidad
del dinero podría no verse alterada en una situación de cuarentena si Argentina
tuviera desarrollado el dinero y el comercio electrónico. Pero las largas colas
en las puertas de los bancos de hace poco más de un mes recordó que,
lamentablemente, Argentina es una economía que se sigue manejando en efectivo.
Este
fenómeno, ignorado por la mayor parte de los economistas que siguen pensando
con una caja de herramientas teórica absolutamente oxidada, es central para
comprender qué puede y qué no puede generar la emisión monetaria que el
gobierno está aplicando para contrarrestar la Covid-19.
La emisión
monetaria actual no llevará a un desborde inflacionario producto de una
presión sobre una economía que está en pleno empleo. Esto es muy importante
porque en el marco de la Covid-19 la mala teoría económica puede costar
vidas humanas y quiebras de empresas. Sin embargo, no todo es color de rosa.
Los
verdaderos riesgos
Supongamos
que Juana va y compra sus fideos a Pedro. Pero Pedro decide no comprar medias.
Ante la incertidumbre reinante, la cercanía de un default y el valor del
dólar paralelo en $140, Pedro decide actuar de acuerdo a lo que él entiende de
economía, que es muy sencillo: cuando empezamos así, terminamos con una
devaluación y una posterior inflación. Por tanto, con esos $100, Pedro ya no
podría fabricar la misma cantidad de fideos porque, como él bien sabe, el
precio del fideo depende del valor del dólar. Si Pedro en lugar de comprar
medias, compra dólares, María se queda sin vender sus medias y Pedro le mete
presión al dólar. Si todos actúan como Pedro y, aún peor, lo hacen en un marco
donde el Banco Central está aumentando la emisión, es decir, nos está dando a
todos más pesos, lo que puede terminar pasando es una devaluación. Y
cuando eso ocurra, será cierto que la “emisión habrá generado inflación”.
Lo
importante en economía no es la causa y el efecto, sino justamente el mecanismo
que explica por qué en ciertas circunstancias, a mayor emisión le puede
corresponder una mayor inflación. Comprender esa causa es central para entender
qué cosa debe y qué cosa no debe hacer un gobierno en la Covid-19.
¿Está bien
emitir para paliar los efectos del COVID-19?
Por
supuesto.
Pero, al
mismo tiempo, el gobierno debe procurar mantener todos los dólares a raya, el
oficial y el paralelo. Esto hoy, lejos de ser imposible, está dentro de las
posibilidades con las que cuenta la política económica. La inflación
futura solo tendrá lugar si se descuida el frente financiero de nuestra
economía, no si se emite todo el dinero necesario para paliar los efectos de
esta pandemia.
*
Economista. @pxqconsultora.
Fuente:pagina12.com.ar


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