En plena cuarentena una marea humana asistió al funeral de un rabino en Jerusalem
La procesión generó una enérgica condena de Benny Gantz, el exnúmero dos de la coalición de Gobierno ya fracturada. "O cerramos para todos o abrimos para todos", "Así es como se ve el doble estándar en la aplicación de la ley: millones de familias y niños están encerrados dentro de sus hogares y acatan las reglas, mientras miles de ultraortodoxos se congregan en un funeral"
31/01/2021
En medio de la tercera cuarentena en
Israel, más de 10.000 judíos ultraortodoxos violaron las medidas sanitarias y
participaron en el funeral del rabino Meshulam Dovid Soloveichik, victima él
mismo de Covid-19 a los 99 años, en una peregrinación que no fue frenada por la
Policía.
Sin respetar el distanciamiento sanitario preventivo ni el uso de tapabocas en
la mayoría de los casos, la marea de hombres de estricto negro atravesaron las
avenidas desde la casa del rabino en Jerusalén hasta el cementerio Har
Hamenuhot en la misma ciudad, sin ser disuadidos por autoridades políticas o
fuerzas de seguridad.
"No iré a enfrentar a 20.000 personas porque no soy capaz de
hacerlo", dijo hoy el vocero de la Policía de Israel para la comunidad
ultraortodoxa, Shabtai Gerberchik, en una entrevista con la estación de radio
de Kan's Moreshet, en la que duplicó la convocatoria informada por los medios
locales.
"¿Qué podemos hacer en esta situación? ¿Puedo entrar con la caballería y
los cañones de agua y interrumpir la procesión fúnebre? La ley es muy
draconiana, a veces la vida es más complicada que cualquier otra cosa, y solo
hay que minimizar el daño", agregó el vocero policial, citado por el diario
Haaretz.
El rabino fallecido, Soloveitchik, quien contrajo el coronavirus antes de la
festividad judía Hanukkah en diciembre de 2020 y murió anoche era miembro de
una respetada dinastía rabínica y lo reverenciaban todas las facciones
ultraortodoxas.
La Policía no solo argumentó que la procesión era demasiado grande, sino que la
sociedad israelí en su conjunto suele violar la cuarentena decreta por la
pandemia y puso de ejemplo una fiesta clandestina en Tel Aviv.
Sin embargo, la procesión funeraria generó una enérgica condena de Benny
Gantz, el exnúmero dos de la coalición de Gobierno ya fracturada y exjefe del
ejército
"O cerramos para todos o abrimos para todos", reprendió Gantz, citado
por la agencia de noticias Europa Press.
"Así es como se ve el doble estándar en la aplicación de la ley: millones
de familias y niños están encerrados dentro de sus hogares y acatan las reglas,
mientras miles de ultraortodoxos se congregan en un funeral", publicó en
Twitter el líder de la coalición Azul y Blanco, la principal fuerza opositora
en las últimas elecciones, que duramente un año formó Gobierno con el premier
Benjamin Netanyahu.
ככה נראית אכיפה לא שוויונית: מיליוני משפחות וילדים סגורים בבתיהם ומקפידים על הכללים בזמן שאלפי חרדים מצטופפים בהלוויה, רובם גם בלי מסיכות.
— בני גנץ - Benny Gantz (@gantzbe) January 31, 2021
לא נסכים להמשך פייק סגר לא אפקטיבי. או שסוגרים לכולם - או שפותחים לכולם. נגמרו ימי התחמנות. https://t.co/kFPG1T7fWq
El Gobierno de unidad de Netanyahu y Gantz
-ya quebrado y que se renovará en marzo en las urnas- se reunirá en las
próximas horas para discutir la extensión del tercer cierre, que expira a la
medianoche.
Gantz advirtió que no apoyará la extensión del cierre durante una semana
más, a menos que la Policía haga cumplir las violaciones por parte de miembros
de la comunidad ultraortodoxa que ignora la cuarentena.
También pidió multas más altas para la instituciones educativas que reabren sus
puertas sin permiso, en general las escuelas religiosas ultraortodoxas.
Esta oposición a las medidas de prevención de la pandemia tienen efectos claros
sobre esta comunidad.
A pesar de representar el 13% de la población, los ultraortodoxos conforman el
40% de contagiados de Covid-19.
A lo largo de la pandemia y de las otras dos cuarentenas, cientos y hasta
miles de miembros de esa comunidad reabrieron escuelas sin permisos y
celebraron eventos masivos, como bodas, en la que la mayoría de los invitados
no respetaban las normas de distanciamiento social o uso de tapabocas.
La semana pasada, cuando la Policía intentó dispersarlos, grupos de
ultraortodoxos se enfrentaron a las fuerzas de seguridad y prendieron fuego a
un autobús, con el conductor y cinco pasajeros dentro, quienes apenas lograron
escapar.
Israel, un país de 9,3 millones de habitantes, registró 4.768 muertes
relacionadas con el coronavirus, pero ya administró la primera dosis de la
vacuna Pfizer / BioNTech a más de 3 millones de personas. Más de 1,7 millones
recibieron también la segunda dosis.
Fuente:telam.com.ar
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