5 Actividades al aire libre para hacer en ansenuza, el próximo Parque Nacional de la Argentina
Ubicado en Córdoba, también será uno de los más grandes del país. Concentra excelentes alternativas para el viajero e inagotables paisajes naturales dentro de sus más de 4000 mil hectáreas. Desde avistaje de aves hasta cabalgatas. En esta nota, todo sobre cómo disfrutar de sus maravillosas postales.
31/05/2021
En tiempos de
pandemia, las experiencias al aire libre se han transformado en una de las
búsquedas más frecuentes. Lógico, en un contexto donde el distanciamiento
social es condición, todas aquellas actividades que respeten la premisa serán
las primeras en colarse en nuestro radar. Más todavía si además de cumplir con
semejante requisito, nos deleitan con paisajes increíbles. Argentina, en ese
sentido, cumple y lo hace con honores. Panorámicas imponentes, una de las 7
maravillas naturales del mundo, la segunda montaña más alta del planeta y un
espectáculo de diversidad natural son la evidencia perfecta de que recorrer el
país es la decisión acertada.
Ahora bien, entre
tanta oferta de excelentísima calidad, entender qué conocer dentro del
territorio argentino puede tornarse algo complicado. Entonces, ¿Cuál debería
ser la próxima parada? Para quienes busquen una experiencia alternativa y
fascinante, el recientemente anunciado y próximo a crearse Parque Nacional Ansenuza
es ideal. Queda en la provincia de Córdoba e incluirá gran parte de la
Laguna Mar Chiquita y los Bañados del río Dulce. Será el tercero de la
provincia y alberga los tres tipos de flamencos que se encuentran en
Sudamérica, además será dueño del quinto lago salado más grande del mundo. Y
aunque aún no esté formalmente creado sobran motivos para conocer el lugar. Y
actividades al aire libre, también. Debajo, 5 experiencias inolvidables durante
una visita por la zona del futuro Parque Nacional:
Avistaje de
aves
Las preferidas
son las aves rosas de patas esbeltas. Hablamos de los flamencos, claro. Sucede
que su elegancia inconfundible maravilla a más de uno y en la laguna de Mar
Chiquita (o Ansenuza) están tres de las seis especies que existen en el mundo:
el flamenco austral, la parina grande y la parina chica. Los primeros han hecho
del Parque su hábitat y hoy son más de 300 mil los que residen en la zona.
Pero a no
confundirse, además de estas bellísimas de color rosado, se pueden encontrar
más de 350 especies de aves en toda la laguna y los montes y bañados que la
rodean el Parque. De hecho, en la región de Ansenuza se pueden encontrar el 36%
de las aves argentinas y el 66% de las aves migratorias y playeras registradas
en el país. Ambas razones son suficientes para postular este Parque Nacional
como una de las mejores coordenadas de Argentina donde apreciar la avifauna
(regional y migratoria) en todos sus tamaños y colores.
¿Qué otras
especies se pueden contemplar? En las costas de la laguna conviven aves
acuáticas como el cisne coscoroba, el tero real, la gaviota capucho café, el
biguá, la garza blanca y muchísimas más.
Senderismo
Conocer a fondo
las tierras que serán parte del Parque y dejarse asombrar por su biodiversidad
es claramente un imperdible para quien lo visite. En lo que a sus paisajes
respecta, hay islotes, humedales, entornos salinos, costas altas y bajas, y el
reconocido bosque chaqueño.
Lógicamente, tal
diversidad de ambientes implica una fauna de lo más variada. ¡El encanto de
esta magnífica coordenada no se reduce únicamente al avistaje de aves!
Por aquí conviven mamíferos, anfibios y reptiles de todo tipo. De hecho,
también lo habitan especies en riesgo de extinción como la tortuga terrestre, la
lobito de río y el aguará guazú.
De aquí la
importancia de que este espacio, que hoy es una Reserva Natural Provincial de
Uso Múltiple, se transforme en un Parque Nacional. Significa aunar los
esfuerzos para la conservación de su amplia biodiversidad que, aunque resulte
increíble, repercute en el ecosistema global.
Navegar las
aguas del Mar Ansenuza
La provincia de
Córdoba no tiene salida al océano, pero como hemos dicho antes, tiene su propio
mar. Si bien no es precisamente un mar en términos geográficos, el Mar de
Ansenuza es el lago salado más grande de Sudamérica y el quinto en el mundo. De
hecho, posee casi tres veces más concentración de sal que la que puede llegar a
tener un océano. ¡Son aguas que incluso tienen propiedades medicinales!
Navegarlas, sin duda, es una experiencia completamente envidiable. Además, uno
de los puntos panorámicos más estratégicos para la famosa golden hour es desde
arriba del agua. Que, dicho sea de paso, se recibe con un trago en mano para
brindar por la hermosa postal.
Cabalgatas en
La Paquita
Que el territorio
cordobés se sitúa como uno de los más elegidos para disfrutar de nuestros
compañeros ecuestres no es novedad. La tierra cordobesa, con sus sierras
alucinantes, se presta a la perfección para conocerla a caballo. Claro que
Ansenuza no es la excepción, especialmente el recorrido por la maravillosa
localidad de La Paquita.
Se trata de un
paseo rural de aproximadamente una hora y media que desemboca en la costa de la
Laguna de Mar Chiquita y durante el cual se pueden apreciar los paisajes
agrestes, la fauna del monte y, desde ya, una enorme diversidad de aves. ¿Un
consejo? Hacerlo bien temprano para deleitarse con el amanecer o más bien tarde
para disfrutar del atardecer. Sea cual sea la decisión, los rayos del sol
dibujados sobre el horizonte serán una postal difícil de olvidar. De hecho,
muchos dicen que desde acá se vive uno de los mejores atardeceres del mundo.
Sobrevolar la
zona
Recorrer el suelo
cordobés es – siempre – una actividad cautivadora. Ahora bien, conocerlo desde
las alturas significa redoblar la apuesta y vivir una experiencia todavía más
increíble. La ruta en avión, si bien se extiende por fuera de los límites del
Parque Nacional, sobrevuela la localidad de Miramar – el centro turístico más
desarrollado de la zona -, además de la desembocadura de los ríos Primero (o
Suquía) y Segundo (o Xanaes). Ambos ríos forman parte de la cuenca cerrada a la
que pertenece el Mar de Ansenuza.
Desde arriba da
la sensación al turista de turno de que la Laguna es, de alguna manera,
inagotable. ¡Aún desde el avión no se alcanza a ver el final de su ancho de
100km de largo! Y lo mejor de todo es que, al incluir la zona donde se
alimentan muchas de las aves del Parque, se puede admirar cómo algunas de ellas
– que vuelan en bandada – dibujan en el cielo un espectáculo completamente
coordinado e hipnotizante.
Por último, para
los fanáticos de la historia, el camino aéreo sobrevuela las ruinas del Gran
Hotel Viena que junto a 100 hoteles más, sufrió las consecuencias de las
crecidas de la Laguna en 1997 y hoy se establece como el símbolo de un momento
histórico.
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