Porteñocentrismo mediático
En las últimas dos semanas corrieron ríos de voces y tinta por la controversia sobre CABA y los límites de su autonomía.
05/05/2021
La disputa contra el Gobierno nacional esta
vez fue encabezada por otra cara de la derecha, la antes dialoguista con
gestión, la que gobierna la Cuidad de Buenos Aires y ahora intenta posicionarse
como la alternativa bolsonarista porteña para el resto del país.
Esta confrontación se da en la arena mediático-judicial, donde no solo florece
el derecho creativo como un sofisma para definir el Law Fare, sino que ahora
también sale a la luz “la estadística mediática”. Esta herramienta que es hija
de la "contabilidad creativa" que usan los contadores para evadir
impuestos, se basa en conclusiones de datos que no se citan, o se citan fuera
de contexto, para acomodarse a lo que dictan los focus grups y así darle
continuidad a sus slogans más exitosos a la hora de crear sentido.
Esta nueva cepa de la derecha criolla, como las anteriores, necesita como
vector una avalancha de comunicadores apoyando estás conclusiones.
Comunicadores que de tanto lobby olvidaron prácticas básicas del periodismo a
tal punto de anunciar la muerte de personalidades destacadas como Cacho Fontana
o Timoteo Griguol y en pocos minutos ser desmentida por sus familiares
directos.
La asonada de la CABA tiene como objetivo nacionalizar la imagen del jefe de
gobierno con fines electorales usando la misma lógica que en la cuidad, donde
cultiva desde hace 16 años la idea de la meritocracia porteña.
Solo basta escuchar las históricas quejas del porteño sobre la avalancha de
gente del conurbano que vienen a usar sus hospitales y escuelas cuando en
realidad ¨ de la infraestructura pública actual.. solo el 15% de las unidades
educativas y el 3% de los hospitales, fueron inaugurados en los 24 años de
autonomía porteña, el resto lo construyo el gobierno nacional (https://diagonales.com/app.php/contenido/la-meritocracia-portea-y-el--arte-de-invertir-el-sentido-de-la-realidad/25574 )
Esta mezcla de datos mediáticos creativos con la exportación hacia las
provincias de la ideología meritocrata porteña utilizando los medios
"nacionales" nos pone, otra vez, frente al escenario elegido por las
corporaciones para encumbrar gobiernos antipopulares en lo más alto de Estado
nacional y que ya fue probado con éxito en 1999 y 2015 (De la Rua- Macri).
No voy a meterme en el análisis sobre la sociología de medio pelo porteño,
tampoco pretendo extenderme sobre los aspectos puntuales de la estadística
covid, pero sí creo que debemos hacernos una pregunta que nos ayude a definir cuál
de los dos dichos populares ganara esta vez, si "no hay dos sin tres
" o la tercera es la vencida.
¿Cómo se puede evitar esta distorsión que nacionaliza la cultura porteña
transformándola en federal a la hora de elaborar y distribuir contenidos
periodísticos y otras fuentes de sentido?
Para responderla o intentar empezar un debate sobre el tema podemos repasar un
poco en la historia.
La televisión y la radio comercial nacen y se sostienen con la venta de
publicidad y líneas editoriales.
Desde su nacimiento los medios concentraron su objetivo en la porción de país
de mayor densidad de población que es el AMBA, ya que con un menor costo de
irradiación conseguían un gran mercado para ofrecerles espacios de publicidad a
las marcas.
Luego, con la llegada del satélite y los cables, esos medios ya fortalecidos
por su tamaño y por la cultura unitaria pudieron llegar a todo el país
competiéndole a los locales y transformándose en potentes medios porteños hacia
toda la Argentina.
En esta época de híper globalización aún rigen estos parámetros culturales y el
mapa de medios del país quedó congelado con la lógica que regía el mercado pre
internet.
Modificar de lleno esta matriz centralista es urgente y aunque se logran ver
algunas líneas en ese sentido como el trabajo de articulación, relevamiento y
empoderamiento con medios de todo el país que hace la subsecretaria de
contenidos públicos, es necesario una fuerte decisión en los más altos niveles,
que apunten a federalizar el sistema público y privado y re formateé mediante
subsidios y fuerte intervención el “mercado “ de la comunicación.
Una primera herramienta puede ser que los medios estatales superen el mero
slogan y comiencen a producir contenidos realmente federales, desde y para todo
el país.
También aportaría el empoderamiento de jugadores locales, a través de
facilidades económicas similares al programa Contenidos Argentinos, para que
entre todos funden nuevos medios nacionales en red.
A su vez, en un ida y vuelta al territorio, estas redes podrán fortalecer a los
canales, radios y portales de cercanía como los universitarios, originarios,
sindicales, barriales, etc.
Inclusive las mediciones y el “mercado “ necesitan una reformulación comercial
porque si bien en el AMBA viven unos 15 millones que conforman un mercado
concentrado, en el resto del país viven, consumen y se desarrollan los 25
millones restantes. Los años borraron las barreras y hoy la distancia ya no es
un problema técnico a la hora de comunicar, tampoco de cuantificar público para
ordenar las pautas, mucho menos es un problema de distribución de productos y
marcas ya que estas están fuertemente globalizadas.
La situación de los medios ya está llegando a límites que ponen en peligro la
salud mental de la población a través de su desfachatez para mentir
descaradamente, imponer temas ficticios a fuerza de su tamaño y nacionalizar
temas de una sola región solo por la necesidad de un posicionamiento electoral.
La mayoría del pueblo argentino necesita tener más opciones competitivas para
su consumo informativo, porque se está lesionando su derecho a la información
veraz y plural, lesión que utiliza el poder real para vulnerar otros derechos
básicos.
Fuente:telam.com.ar
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