Tras la diatriba de Cristina Kirchner contra la "vocación de colonia", insisten con el proyecto para nacionalizar el litio
El diputado oficialista Juan Carlos Alderete insiste en que se trate su proyecto para declarar el mineral de "interés público" y "recurso estratégico".
29/05/2023
Luego de que en la colmada plaza del 25 de mayo la
vicepresidenta Cristina Kirchner defenestrara la "vocación
de colonia" de quienes dentro del país se oponen a regular el litio,
recobraron impulso las iniciativas que apuntan a declarar como "recurso
estratégico" para el desarrollo económico e industrial del país.
El "mineral blanco" es un elemento
nodal en el proceso en marcha de transición del patrón energético, pasando de
la energía por combustión de fósiles a la electrificación.
El litio revolucionó en los 90 la industria tecnológica
dejando atrás la era analógica de las cámaras a rollo y los walkman, y dando
luz a las cámaras digitales, notebooks, tablets y, más acá en el tiempo, la
aparición de autos eléctricos sobre la base de la batería de ion-litio.
Países del primer mundo ya se proponen llegar a mediados de
siglo con emisiones cero de carbono y plazos más cortos para dejar de vender
vehículos con motores de combustión interna.
Argentina se encuentra por razones obvias muy lejos de esos
planes, pero cuenta con una ventaja comparativa para empezar a marcar un camino
de crecimiento con base en el litio por la presencia de grandes reservas de ese
mineral en su territorio.
Con el ojo puesto en esa discusión, el diputado nacional del
Frente de Todos Juan Carlos Alderete presentó el 2 de mayo
pasado un proyecto que declara de "interés público la exploración,
explotación, concesión de explotación, industrialización y todos los actos
relativos al litio y sus derivados".
La iniciativa se funda en la necesidad de que el Estado
nacional y provinciales recuperen el control sobre el proceso extractivista y
el comercio exterior que está en manos extranjeras, con regalías que están muy
por debajo de lo que otros países reciben por ese concepto. También la
propuesta busca sentar las bases para un proceso de industrialización con
agregado de valor en origen, que le devuelva al país capacidad soberana para
administrar sus recursos.
De esta manera, en el artículo 5 del proyecto de Alderete se
define que "El Estado Nacional tendrá la primera opción para adquirir el
litio extraído en nuestro país". Y aclara que "finalizada la opción
de compra por el Estado argentino", los permisionarios y concesionarios
extranjeros existentes "tendrán el derecho sobre el mineral excedente que
extraigan y podrán comercializarlos".
Por otra parte, en el artículo 7 se dispone que "el
Poder Ejecutivo podrá limitar o prohibir la importación o la exportación del
litio y sus derivados cuando en casos de urgencia así lo aconsejen
razones de interés público, debiendo dar cuenta de ello oportunamente al
Congreso de la Nación".
"El litio, por tanto, es codiciado y disputado
ferozmente por las potencias hegemónicas. Son precisamente estas potencias, a
través de sus empresas monopólicas, las que saquean el litio en la Argentina y
profundizan la dependencia de nuestro país. Es tarea de todos defender los
intereses de nuestro pueblo y nuestra patria. Es imprescindible que tomemos en
nuestras manos la defensa de nuestra soberanía, protejamos los intereses
nacionales referidos a este recurso natural estratégico y avancemos en medidas
concretas que permitan la industrialización en origen con los debidos
resguardos ambientales y de respeto a los pueblos originarios", sostuvo
Alderete en los fundamentos del proyecto.
El litio aparece como el elemento medular del tiempo de transición
energética post-fósil por su capacidad de almacenar energías limpias y
renovables en celdas de baterías.
La actividad extractiva se basa en grandes piletones de agua
cristalina que a través de un proceso de evaporación y la ayuda de químicos se
convierten en carbonato de litio. Es un proceso no contaminante, sin impacto en
el agua ni en la biodiversidad, siempre con los resguardos de impacto ambiental
indispensables.
La explotación del litio es, junto con Vaca Muerta, una
oportunidad enorme de desarrollo y no hay conversaciones de negocios de
altos representantes del círculo rojo que no se mencione al "oro blanco
del altiplano" como un vector clave para el futuro del país.
Basta con seguir la evolución histórica del precio del
litio. La tonelada pasó de 2.000 millones de dólares en 2006, a 6.000 en 2016,
10.000 a comienzos de 2021 y actualmente cotiza a 50.000 millones de dólares,
habiendo tocado máximos de 80.000 millones hace pocos meses.
Argentina es el cuarto país productor de derivados de
litio, después de Australia, Chile y China. Australia, sin embargo, produce
un derivado menos complejo que el carbonato de litio, que es el concentrado de
espodumeno. Además, el país concentra el 21,3 por ciento de las
reservas de litio identificadas en el mundo, solo por debajo de
Bolivia.
Junto a Chile y Bolivia representa el 65 por ciento de
las reservas mundiales de litio y el 85 por ciento en depósitos de salmueras (en
salares de altura), que es la forma más barata y limpia de extracción.
Australia explota el litio en roca dura, mientras que Estados Unidos y México
en arcilla.
En el país hay actualmente 38 proyectos para
explotar litio en Jujuy, Salta y Catamarca, de los cuales apenas dos están en
producción, y el resto se encuentran en etapa de exploración o construcción.
La firma estadounidense Livent fue pionera
en el país al instalarse en Catamarca en 1998 y empezó a extraer litio del
salar de Hombre Muerto. En 2015, en tanto, se instaló el consorcio de
empresas Sales de Jujuy en el salar de Olaroz, en Jujuy. Allí,
la compañía australiana Allkem es socia mayoritaria con el 66,5 por ciento,
mientras que la japonesa Toyota Tsusho detenta el 25 por ciento y el restante
8,5 por ciento está en manos de la empresa estatal jujeña Jemse.
En 2022, ambas empresas exportaron 696 millones de dólares
de carbonato de litio. Las proyecciones del mercado son más que
entusiastas ya que estiman que hacía el 2025 se produzcan 200.000
toneladas y se exporte por más de 5.600 millones de dólares.
Producto del diseño constitucional argentino que atomiza el
control de los recursos naturales dándole a cada provincia la potestad de
manejar a discreción sus propias políticas, las realidades dentro del país
distan mucho de parecerse entre sí, y el Estado nacional tiene poco margen para
intervenir, hasta el momento. Por ejemplo, Jujuy, Salta y Catamarca no tienen
legislación específica para el litio y por ende el mercado está desregulado.
En cambio, La Rioja logró sacar una ley de
declaración del litio como recursos estratégicos a fines del año pasado,
revocando las pocas licencias que tenían concesionarios extranjeros y
devolviéndole a la provincia la facultad de definir políticas soberanas. Esta
política generó muchas críticas de cámaras empresariales que advierten sobre la
fuga de inversiones a Chile o Estados Unidos.
En su aparición pública ante cientos de miles de seguidores
en la Plaza de Mayo, Cristina Kirchner se hizo eco de esta
discusión planteado en términos dicotómicos entre control estatal y
extranjerización, tomando partido claramente por la primera opción. Acusó
a quienes esparcen temores sobre huida de capitales a una supuesta
"vocación de colonia", de "volver a ser Potosí" en lugar de
animarse a un desarrollo industrial como el de "Corea o Malasia".
Efectivamente, contar con la materia prima coloca obviamente
al país en un punto de partida con ventajas comparativas a nivel internacional,
pero la verdadera riqueza se generaría si se lograra montar una
industria masiva de baterías, agregando valor en origen.
Chile se encuentra más adelantado que nuestro
país en ese proceso, ya que el presidente Gabriel Boric acaba
de lanzar semanas atrás la nueva política nacional del litio, que
pone al Estado como actor protagónico en la promoción y explotación del
mineral, así como en el otorgamiento de permisos a privados y el control.
También busca la industrialización del litio a partir de un modelo de
asociación público-privado. En Bolivia, en tanto, la minería está
nacionalizada desde 2008.
"Es el momento de romper con el modelo extractivista,
exportador, modificar el código minero, modificar la ley de Inversiones Mineras
y avanzar con un modelo de desarrollo nacional y de defensa de nuestra
soberanía. A estos fines proponemos declarar al litio recurso estratégico como
herramienta que nos permita recuperar la soberanía, recreando las gestas de
nuestros Generales Enrique Mosconi con el petróleo y Manuel
Savio con el acero", concluyó Alderete.
Fuente:noticiasargentinas.com
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