La inteligencia rusa quedó en el foco de los interrogantes tras la matanza de Moscú
Analistas occidentales señalan que la FSB, la sucesora de la KGB, no da abasto con todas las cuestiones internas y externas de Rusia.
25/03/2024
El servicio de seguridad ruso fue implacablemente eficaz
a la hora de detener a los opositores a Vladimir Putin, pero un
tiroteo masivo cerca de Moscú lo tomó por sorpresa,
planteando interrogantes sobre sus prioridades, recursos y recopilación de
información.
Encargado de perseguir a los saboteadores ucranianos dentro
de Rusia, de mantener controlados a los activistas contrarios al Kremlin y de
desbaratar las operaciones de las agencias de inteligencia extranjeras
hostiles, el FSB, principal organismo sucesor del KGB de la era soviética, no
da abasto.
Eso, dicen exfuncionarios de inteligencia estadounidenses y
analistas de seguridad occidentales, ayuda a explicar por qué puede haber
pasado por alto otras amenazas, incluida la planteada por militantes
islamistas, como Estado Islámico, que se atribuyó la autoría del ataque.
El FSB dijo que el atentado del viernes en la sala de
conciertos fue "minuciosamente" planeado y que los agresores habían
escondido cuidadosamente sus armas.
Putin afirmó el lunes que fueron islamistas radicales
quienes perpetraron el atentado, pero dijo que Rusia seguía buscando entender
quién lo había ordenado y afirmó que Ucrania tenía muchas preguntas que
responder. Kiev niega cualquier implicación.
Cuando se le preguntó si el ataque representaba un fallo de
los servicios de inteligencia, el Kremlin señaló que el enfrentamiento de Rusia
con Occidente significa que las tareas de inteligencia no se están
desarrollando de la forma en que solía hacerlo.
"Desgraciadamente, nuestro mundo demuestra que ninguna
ciudad, ningún país, puede ser completamente inmune a la amenaza del
terrorismo", admitió el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que añadió
que los servicios de inteligencia rusos trabajan sin descanso para defender el
país.
El tiroteo del viernes, en el que murieron al menos 139
personas y 180 resultaron heridas, socavó una de las promesas que Putin hizo
hace tiempo al pueblo ruso: garantizar la estabilidad y la seguridad.
Tanto si los hombres fueron contratados por el Estado
Islámico, como afirman el grupo militante y Occidente, como si puede haber
habido algún tipo de conexión ucraniana, como insinuó Putin -y Kiev negó
rotundamente-, hubo señales de advertencia que no parecen haber sido tomadas en
cuenta.
Según los analistas de seguridad, la forma en que se
llevaron a cabo el ataque y la huida evidenciaba un amplio reconocimiento
previo del lugar, y la prensa rusa publicó imágenes de circuito cerrado de
televisión de uno de los agresores en una visita anterior.
El 7 de marzo, la embajada de Washington en Moscú emitió una
alerta de seguridad a los estadounidenses, comunicándoles que estaba
"siguiendo los informes de que extremistas tienen planes inminentes de
atentar contra grandes concentraciones en Moscú, incluidos conciertos".
El 19 de marzo, tres días antes del tiroteo, Putin
pronunció un discurso ante los jefes del FSB en el que rechazó lo que calificó
de "provocadoras" advertencias occidentales sobre un acto terrorista.
John Sipher, que sirvió una temporada en Rusia durante su
carrera en el Servicio Clandestino Nacional de la CIA, dijo que creía que el
FSB pudo haber dejado pasar la advertencia porque estaba demasiado ocupado
centrándose en las amenazas a Putin y su Gobierno.
La primera advertencia se produjo el 2 de marzo en el sur de
Rusia, cuando las fuerzas especiales del FSB mataron a seis hombres armados a
los que identificaron como miembros del Estado Islámico.
(Reporte de Andrew Osborn; Edición en Español de Sofía
Díaz Pineda, Reuters)
Fuente:noticiasargentinas.com
No hay comentarios