"Con las universidades públicas no": una masiva marcha nacional buscó ponerle un límite al plan "motosierra" de Milei
Decenas de miles de personas salieron a las calles en todo el país en defensa de la educación superior estatal, después de que el Presidente diera un paso en falso al tratar de desactivar la protesta.
23/04/2024
Politizada, sí, pero lo suficientemente masiva también
como para encender al menos luces amarillas en el seno de la administración libertaria:
así fue la marcha
universitaria realizada este martes en el centro porteño y en las
principales ciudades de la Argentina.
Con un objetivo unificado a lo largo y ancho del país, más
allá de la heterogeneidad de participantes y sectores que se sumaron a la
manifestación, se trató de un esfuerzo multitudinario en busca de
aplicarle un freno de mano a la inclusión de la educación pública en el plan
"motosierra" del Gobierno.
El presidente Javier
Milei se marchó de la Casa Rosada un rato antes de que la
movilización confluyera en la Plaza de Mayo, luego de haber replicado en redes
sociales comentarios de usuarios, de perfil libertario, que intentaron
desacreditar la protesta nacional tildándola de "marcha política".
En los últimos días, dicho sea de paso, no terminó de quedar
claro si al Gobierno le inquietaba la manifestación en sí misma o era la
intromisión de la política lo que más le generaba ruido: este martes por la
mañana el propio vocero presidencial, Manuel Adorni, se manifestó
al respecto.
"Casi un tren fantasma", opinó al enumerar
a dirigentes peronistas o de izquierda que brindaron su respaldo al reclamo, al
igual que organizaciones sindicales, e insistió en que "el tema
presupuestario está resuelto" y el dinero,
"transferido" a las universidades públicas.
Claramente se trató de una marcha que se politizó,
como quedó en evidencia en pleno acto final, con el tenor de los discursos pronunciados
en un escenario montados a metros de la Casa de Gobierno y al que se subieron
referentes de la comunidad educativa nacional, junto con líderes sindicales e
históricos militantes de derechos humanos, con Taty Almeida y Adolfo Pérez
Esquivel: ambos, acompañados por otros promotores de la iniciativa, acaban
de presentar en el Congreso de la Nación un pedido de juicio político contra
Milei por "mal desempeño de sus funciones y posible comisión de
delitos".
Por consiguiente, que la política se inmiscuyó no
quedan dudas, más aún con la presencia del gobernador bonaerense, Axel
Kicillof, y del ex candidato presidencial Sergio Massa, entre
otros dirigentes, en la marcha. El radical Martín Lousteau también asistió, en
momentos en los que se ha puesto bajo escrutinio el manejo de los recursos
estatales que recibe la Universidad de Buenos Aires (UBA), entidad en
la pisa fuerte su cercano correligionario Emiliano Yacobitti.
Sin embargo, y más allá del cotillón ideológico incluso de
quienes se expresaron micrófono en mano en el corolario de la manifestación, la
de este martes se trató de una protesta a la que decenas de
miles de personas en todo el país asistieron de manera genuina y con
un único propósito: enviarle un mensaje directo a Milei para decirle: "Con
la universidad pública no".
Habrá que auditar las cuentas de las casas de estudio
nacionales, habrá que plantear discusiones pedagógicas por qué no también, en
función de robustecer la calidad educativa, o evaluar la posibilidad de
arancelar el acceso para los extranjeros no residentes, como se debatió hoy
mismo en redes sociales, por ejemplo: el abanico es amplio y parece
necesario que el Gobierno lo despliegue en su totalidad.
Habrá que ajustar entonces en donde se tenga que ajustar,
pero quedó demostrado en la potente foto que dejó esta marcha nacional que una
porción significativa de la sociedad -incluyendo probablemente a votantes de La
Libertad Avanza el año pasado- está dispuesta a aplicarle un freno al
plan "motosierra" de Milei, marcándole así un límite: la educación
pública en la Argentina, por cierto, eslabón indispensable para cualquier
intento de movilidad ascendente en el país.
A la luz de lo sucedido, en el seno del Gobierno deberían al
menos encenderse luces amarillas que le sirvan a Milei para meditar mejor sus
movimientos, antes de arriesgarse a otro paso en falso. El Presidente quiso
avanzar sobre las universidades y cuando se percató de que había tocado
un nervio sensible e intentó dar marcha atrás, ya era demasiado tarde: las
imágenes vistas este martes hablan por sí solas.
Fuente:noticiasargentinas.com
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