Kicillof, la conducción del peronismo y el fino equilibrio entre tensar y no romper con Cristina Kirchner
El gobernador debe definir hasta qué punto tensar la cuerda para afirmar su autoridad y ser el autor de su propia historia, sabiendo que pasarse de largo puede ser letal para sus aspiraciones, dado que comparte mismo núcleo duro con la ex presidenta.
26/10/2024
Axel Kicillof se encuentra sumergido en estos
días en un estado psicológico profundo de revelación y crisis, que se asemeja a
un proceso de duelo, luego de resistir los intentos de subordinación política
de La Cámpora y de quien fuera su mentora durante más de una
década, la ex presidenta Cristina Kirchner.
La decisión de no apoyarla en su carrera a la presidencia
del Partido Justicialista lo pone al gobernador bonaerense en un punto
de no retorno en el vínculo de confianza con quien fuera su jefa
política.
Ahora debe definir hasta qué punto tensar la cuerda para
afirmar su autoridad y construir su propio camino, sabiendo que pasarse de
largo puede ser letal para sus aspiraciones presidenciales.
“La línea entre tensar y no romper es muy fina. Axel
tiene que manejar ese equilibrio y medir sus respuestas a los ataques y
provocaciones de La Cámpora. Creo que lo viene manejando bien. No
le conviene romper porque el núcleo duro de su electorado es el mismo que el de
Cristina y sería contraproducente”, analizó uno de los pocos diputados
nacionales que en la interna entre Kicillof y el Instituto Patria, tira para La
Plata.
En diálogo con la agencia Noticias Argentinas, el
dirigente aseguró que “el trasvasamiento en parte ya se hizo” a favor
del mandatario bonaerense, y que “hay una falla de lectura de quienes
se niegan a verlo y siguen aferrados a escenarios antiguos”.
“Quieren que Axel se someta para que, una vez castrado,
ahí sí le den el respaldo. El problema de eso es que la lógica del poder
delegado o tutelado no va más. Fracasó con Alberto Fernández”,
analizó.
Los gestos de independentismo del gobernador bonaerense, que
luego de asegurarse la reelección empezó a construir un polo de poder propio
alejado de La Cámpora, alteró al hijo biológico, Máximo Kirchner, que
lo sintió como una amenaza al liderazgo de su madre.
Es por eso que durante meses, y con mayor explicitud en las
últimas semanas, los coroneles camporistas se dedicaron a esmerilar
públicamente al gobernador.
Para ellos, la construcción política propia de
Kicillof no solo desconoce la conducción de Cristina Kirchner sino que busca
reemplazarla, poniendo en peligro los privilegios que siempre gozaron en
cada cierre de listas.
En algún punto, la ex jefa de Estado terminó por
creer esta teoría y se olvidó de que había sido ella quien en diciembre del
2022 había convocado a otros dirigentes “nacionales y populares” a empuñar el
"bastón de mariscal".
Así fue que la anfitriona del Instituto Patria tomó la
decisión de postularse como candidata a presidir el PJ, carrera en la que
ya estaba lanzado desde meses antes el gobernador riojano, Ricardo
Quintela.
Con “La Jefa” presidiendo el PJ, entienden en La Cámpora, se
termina el debate por la conducción del movimiento y la lapicera para la
confección de las listas seguirá en manos de su "propietaria
natural", a salvo de la supuesta codicia de Kicillof.
Pese a ganar dos veces en la provincia de Buenos Aires
contra viento y marea, el gobernador no tiene prácticamente representantes
propios ni en la Legislatura ni en el Congreso nacional.
La razón es que se subordinó a la conducción de Cristina
Kirchner, cuyo dedo siempre favoreció a La Cámpora y otros sectores
afines.
“Cristina dice que ya tuvo todos los honores que un
argentino puede recibir, no quiere volver a ser presidenta. Axel tiene una
aspiración, es joven y tiene las condiciones para continuar el legado. Se
impuso dos veces en un contexto totalmente adverso en la provincia más
importante del país. Es normal que después de todo eso quiera empezar a armar
su camino. Ellos es como se quedaron en otro tiempo, no quieren soltar y
abrirle paso a Axel para que pueda liderar en la nueva etapa. Y encima le tiran
piedras”, protestó un intendente del círculo del gobernador, en diálogo con
la Agencia Noticias Argentinas.
Mucho antes de que Cristina Kirchner le pidiera a La Cámpora
que lanzara un "operativo clamor" para el PJ, Quintela ya estaba en
carrera para el mismo cargo.
El riojano recibió la bendición de Kicillof y algunos de sus
colaboradores en el Gobierno bonaerense buscaron avales para que pudiera
competir.
El inesperado lanzamiento de Cristina Kirchner al PJ
desconcertó al kicillofismo, que ya estaba comprometido con Quintela.
“Si no hubiera sido por la operación coordinada de
disciplinamiento que referentes de La Cámpora desplegaron en simultáneo
exigiéndole a Kicillof que apoye a Cristina, yo creo que él la hubiera apoyado
voluntariamente. Pero con La Cámpora dándole órdenes para buscar la sumisión,
Axel no podía hacerlo porque hubiera sido mostrarse débil de carácter y de
autoridad”, reflexionó el intendente consultado para este artículo.
Las razones de esta opción de prescindencia de Kicillof hay
que buscarlas en la carta pública firmada por él en la que aseguraba que “la
lógica del sometimiento o la traición entró en crisis".
A Cristina Kirchner le dolió que entre Quintela y ella, no
la eligiera después de todo lo que lo ayudó para que llegara a los lugares de
representación política que alcanzó: viceministro de Economía, ministro de
Economía, diputado nacional y gobernador.
Después de que Kicillof no la apoyara en el acto del 17 de
octubre, Cristina Kirchner, dejándose llevar por sus instintos más bajos, acusó
al gobernador de “Poncio Pilates” y “Judas”, en lo que fue,
hasta ahora, el punto más alto de la confrontación, y al mismo tiempo un signo
de debilidad de la ex jefa de Estado.
Fuente:noticiasargentinas.com
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