Puros habanos, parte de la esencia e imagen de Cuba
Además, generan ingresos millonarios a la economÃa de la isla caribeña.
Tabaqueros trabajan en la elaboración de puros habanos en la fábrica La Corona, en La Habana, capital de Cuba FotografÃa: Agencia Noticias Argentinas/Xinhua
03/03/2025
Los puros habanos constituyen una parte importante de
la esencia e imagen internacional de Cuba, más allá de
los ingresos
millonarios que aporta esa industria a la economÃa de la isla
caribeña. Por eso, cuando se visita la Fábrica La Corona, como
hicieron los participantes en la edición 25 del Festival del Habano,
se entra en contacto con lo más genuino de la tradición
tabacalera cubana, representada por los torcedores, hombres y mujeres
que elaboran a mano los afamados habanos.
"Tenemos en nuestras manos la posibilidad de
llevar al mundo una parte de nosotros, de las caracterÃsticas de nosotros,
de nuestra idiosincrasia", declaró a la agencia de
noticias a Xinhua con evidente orgullo el maestro torcedor Alvin
Mustelier, de 64 años.
El hombre, que desde hace 28 años elabora habanos con
sus manos, demostró al tabaco cubano como "un embajador de
nuestro paÃs". Mustelier sabe de lo que habla, pues estuvo
tres veces en China, en 2006, 2010 y 2011, para mostrar sus habilidades en
las Casas del Habano en Beijing y Shanghai, entre otras ciudades.
En La Corona trabajan 243 torcedores,
aunque son unos 600 trabajadores, pues otros se encargan de seleccionar y
despalillar las hojas, controlar la calidad de la fabricación y llenar
las cajas de puros. Ser torcedor requiere varios meses de estudio y
después muchos años de aprendizaje práctico para acumular una buena
experiencia, como explicó Yordanka Herrera, una mulata de 43 años, que
desde hace 17 elabora los puros.
"Ser torcedora es un arte y lo que tienes que
tener es agilidad y que te gusta", señaló la mujer,
quien, sin dejar de fumar un puro, arregló sus trenzas con coqueterÃa
femenina. Herrera afirmó estar orgulloso de saber que muchas personas
van a disfrutar del tabaco que elaboran ella y sus compañeros, por
lo que, aseguró, trata de hacerlo con mucho amor.
En dependencia del tipo de habano que
elaboran, los torcedores deben hacer entre 80 y un centenar de puros cada
dÃa, una norma cuya calidad es comprobada con celo por un grupo de
expertos y que sustenta los 827 millones de dólares obtenidos en 2024 por
Habanos SA, la empresa cubano-española que comercializa las 27
marcas cubanas. La elaboración de los puros tiene un riguroso control
de la calidad con al menos cinco puntos en los que se fiscaliza
cada uno de los momentos del proceso, desde la selección de las
hojas hasta la confección de las cajas y el anillado de cada habano.
Es un trabajo manual y sencillo a simple vista, pero
que requiere de habilidades especiales para que el producto
final cumpla con los estándares de cada marca y pueda salir al
mercado con la calidad esperada en un producto de altÃsimo
valor comercial. Otro torcedor, Humberto Santana, de 58 años, detalló
el proceso de fabricación que no siempre requiere de la misma cantidad
de hojas, aunque la calidad debe ser similar en todos los casos.
"Uno tiene experiencia y no es difÃcil", apuntó
Santana con la seguridad que dan 27 años de trabajo en la tabaquerÃa. La
Corona es la más grande de las cuatro fábricas de habanos que trabajan en
La Habana con hojas cultivadas en Vuelta Abajo, "la tierra del
mejor tabaco del mundo", ubicada en el centro sur de la
provincia de Pinar del RÃo, en el extremo oeste de la isla caribeña.
Como marca tabacalera, La Corona es una de
las más antiguas de Cuba, pues fue registrada en 1845 por el español
Perfecto López, aunque la fábrica se creó en 1902 y funcionó desde
entonces prácticamente sin interrupción.
Fuente:noticiasargentinas.com
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