El gobernador participo de la misa central en honor al señor de Los Milagro de Malín
Durante la homilía, el cardenal Bokalic recordó al Papa
Francisco, fallecido el pasado 21 de abril, a quien agradeció por tantas
bendiciones que dejó para Santiago del Estero, especialmente durante el año
2024.
01/06/2025
El gobernador Gerardo Zamora participó este domingo por la
mañana en la localidad de Villa Mailín de la misa central en honor al Señor de
los Milagros, celebrada por el arzobispo de Santiago del Estero, cardenal
Vicente Bokalic, junto a su obispo auxiliar Enrique Martínez Ossola y el obispo
de Añatuya, Mons. José Luis Corral.
También asistieron a la multitudinaria celebración el
vicegobernador Carlos Silva Neder; el jefe de Gabinete, Elías Suárez; los
ministros de Gobierno, Seguridad y Culto, Marcelo Barbur, y de Obras Públicas,
Aldo Hid, entre otros funcionarios de la provincia.
Durante la homilía, el cardenal Bokalic recordó al Papa
Francisco, fallecido el pasado 21 de abril, a quien agradeció por tantas
bendiciones que dejó para Santiago del Estero, especialmente durante el año
2024.
En ese mismo sentido valoró las oraciones de toda la
feligresía por el Papa León XIV y expresó su convicción de que “seguramente
seguirá los lineamientos fundamentales de Francisco, de construir juntos una
iglesia sinodal, servicial, evangelizadora y misionera, que salga al encuentro
de los pobres, una iglesia que se implique en el trabajo por la justicia y por
la paz. Una Iglesia que esté muy cerca a los pobres”.
En ese contexto, Bokalic advirtió sobre la triste realidad
de Argentina y del mundo. “Vivimos golpeados por la pobreza, el desánimo, la
soledad, las injusticias, la violencia de todo tipo y tantas indiferencias
provocadas por el egoísmo, por el individualismo que nos encierra a nosotros
mismos y no nos permite encontrarnos con hermanos y hacernos cargo de tanto
dolor”, dijo, para luego referirse al sacrificio de Jesús en la cruz y la
esperanza de la resurrección.
Agregó más adelante: “Son permanentes las expresiones de
agresividad y desprecio a los demás, al que piensa y siente distinto, o aquel
que pertenece a otro grupo. Esto se da de una manera muy especial en distintos
sectores de nuestra sociedad, pero que son rectores para nuestra convivencia
ciudadana”.
Sobre aquellas personas y sectores que promueven el odio
dijo: “Cierran al encuentro donde podemos descubrir y visibilizar los grandes
males y también a los olvidados de nuestra sociedad; a tantos niños que
deambulan solos, sin cariño y sin hogar. A tantos mayores que viven en la
marginación y que hoy día quieren ser silenciados. En sus justos reclamos a los
enfermos que muchas veces son tratados como una carga y con cierto desprecio.
El inmenso mundo de jóvenes sin horizontes que se entregan a bandas que solo
buscan lucrar con sus vidas”.
El arzobispo cerró su homilía con un claro llamado a todos
los devotos de la Cruz Milagrosa: “Caminemos juntos para hacer levadura de una
sociedad que no prioriza el dinero, el poder y la fuerza que aplasta. Pongamos
como meta de nuestro camino el amor de Jesús, que es recrear la fraternidad
entre todos nosotros”.
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