Coronavirus en Italia: los miles de ancianos que murieron en soledad
Más de las
mitad de los 26.422 mayores de 70 años que fallecieron por la pandemia lo
hicieron aislados, sin familiares, en las Residencias Sanitarias Asistidas
(Rsa) o en casas para ancianos, muchas veces atados a la cama.
Imagen: EFE
29/05/2020
Desde Roma
De los poco
más de 33.000 personas que en Italia han muerto de coronavirus desde que se
desencadenó la epidemia en febrero-marzo, al menos 26.422 eran mayores
(más de 70 años) y más de la mitad de éstos, murieron aislados a causa de la
cuarentena, asustados, sin familiares, en las Residencias Sanitarias Asistidas (Rsa) o
en casas para ancianos, muchas veces atados a la cama. Y porque los
servicios fúnebres no daban abasto, los ataúdes se vieron acumulados varios
dÃas en las capillas cercanas, sin que nadie pudiera visitarlos. Hay quien los
llamó “desaparecidos deglutidos por el terror”.
Todos estos
detalles y mucho más están contenidos en una dramática, detallada y excelente
investigación sobre los numerosÃsimos viejitos muertos en los cientos de
centros para ancianos o RSA (complejos privados pero asociados al sistema
sanitario público) existentes en el paÃs, realizada por el diario romano La
Repubblica con periodistas que trabajaron en Roma, Milán, Florencia y
Bolonia.
La
investigación incluyó no sólo comentarios y crÃticas de expertos, dirigentes de
los centros, familiares y ancianos, muchos de ellos hechos por teléfono a causa
de la cuarentena, pero que fueron incluidos como grabación en el artÃculo, sino
también conmovedoras cartas escritas por los algunos pacientes que poco después
murieron de covid -19.
El artÃculo
apunta el dedo en parte contra la administración de algunas regiones- más o
menos equivalentes a las provincias argentinas- que son las encargadas de
organizar el sistema sanitario con fondos parcialmente asignados por el estado
nacional, pero también contra la administración de las casas para ancianos.
Aunque también reconoce que en vez de ayudar a las casas de ancianos, las
regiones hicieron caer sobre sus espaldas a menudo el peso de la emergencia
sanitaria, limitando el personal, impidiendo la internación de los ancianos
graves en la guardia de los hospitales para recibir asistencia especial o
entrar en terapia intensiva. Algunos de estos centros o Rsa, incluso han
aceptado a personas contagiadas en algunos pabellones de sus edificios para
dejar espacio libre en los hospitales. El problema era que los pacientes
contagiados eran atendidos por las mismas enfermeras y médicos que los demás y
esto al parecer facilitó el contagio. Pero el virus no se difundió sólo
por eso sino también porque las normas de protección se tomaron con atraso.
Una de las
cosas que aparece como increÃble es que siendo Italia, junto con Japón, uno de
los paÃses más viejos del mundo (un italiano de cada cuatro tiene más de 65
años) el Estado no tomó las prevenciones necesarias, cuando ya se sabÃa
que el virus afectaba a los mayores de 70 años principalmente, sobre todo si
tenÃan patologÃas preexistentes.
Algunas
medidas se tomaron a partir del 22 de febrero, sobre todo al norte de Italia,
donde el 20 de febrero en Codogno, se habÃa descubierto el primer caso oficial
de coronavirus. Poco después se cierran en la región las escuelas, guarderÃas,
universidades, cines y teatros, se prohÃben los viajes escolares y las
competencias deportivas. Pero de las residencias de ancianos no se habla,
destacó República, pese a que LombardÃa tiene una población de más de
1,1 millones de personas de más de 75 años, 58.000 de los cuales viven en
residencias sanitarias. Recién el 5 de marzo se limita el acceso a las
residencias de ancianos. El 8 de marzo comienza la cuarentena en todo el paÃs y
se aconseja a los ancianos no salir de casa. Pero este consejo no fue
acompañado de un potenciamiento de la asistencia domiciliaria a los ancianos,
subrayó Repubblica. Es más, se destaca la “sugerencia” que hizo la región LombardÃa
a los mayores que vivÃan en casa. A quien tiene más de 75 años y otras
patologÃas se le aconsejaba evitar ir a la guardia del hospital. En realidad
los hospitales estaban llenos por los casos de coronavirus, no habÃa espacio en
las terapias intensivas y los médicos, asà lo dijo una asociación de anestesistas,
muchas veces tenÃan que elegir a quien mandar en terapia intensiva y preferÃan
a quien tenÃa más posibilidades de sobrevivencia.
En menos de
un mes, según datos publicados en el artÃculo de Repubblica, en los Rsa de
Brescia murieron 1.800 personas, en los de Milán 1.700, en los de Bergamo
1.300, todas ciudades de Lombardia (la región más atacada en absoluto por el
virus). Uno de los casos más dramáticos fue el del Pio Albergo Trivulzio
de Milán, que aloja unos 1.300 viejitos y era considerado el polo geriátrico
más importante de Italia. Durante todo el mes de marzo ocultó, dijo el
artÃculo, la difusión de la covid- 19 entre sus pacientes. Allà murieron más de
400 personas en cuatro meses.
Las casas
para ancianos, los centros de salud para ellos, los hospicios, a menudo
“aparecen como excelentes pero esconden un pésimo tratamiento médico”, advirtió
el artÃculo. Y mencionó la investigación hecha a fines de 2019 y principios del
2020 por el NAS (Comando de Carabineros para la tutela de la Salud) sobre 3.500
centros de este tipo. Más de 30% de ellos fueron denunciados. Una vez
comenzada la pandemia, los carabineros visitaron 601 centros, 107 de los cuales
no respetaban las normas para frenar el virus.
Luego que
muchas de estas cosas han salido a la luz -hasta hace algunas semanas el pánico
reinaba en toda Italia y nadie abrÃa la boca- en el Pio Albergo Trivulzio nació
el primer comité de familiares que iniciará una acción legal contra los
dirigentes de la institución, actualmente a cargo de una persona muy cercana a
la Liga, uno de los partidos más conservadores de Italia,.
Paralelamente,
el alcalde de Milán, Beppe Sala, ha creado una comisión que investigará el
caso. Y la comisión está a cargo de un magistrado famoso de Italia, Gherardo
Colombo, que siendo juez investigó durante la campaña conocida como “Mani
pulite” (manos limpias) que sacó a relucir famosos casos de corrupción en la
década del 1990.
Lo que queda
claro después de todos estos sufrimientos es que el Estado italiano deberá
rever todas las polÃticas sanitarias y no sanitarias referidas a los ancianos,
y no considerarlos para “descartar” como hasta ahora.
Fuente:pagina12.com.ar
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