Coronavirus en la Argentina: Alberto Fernández diseña una cuarentena optativa con respaldo de la oposición
El nuevo formato de
confinamiento sólo se pondría en marcha si la progresión de contagios no se
acelera en los próximos días y el comité de expertos avala la decisión
presidencial.
Fuente: Infobae
Alberto Fernández visitó el Museo Malvinas y Educar SE, adonde se
fabrican máscaras de protección contra el coronavirus.
01/05/20
Alberto Fernández está
contrariado por los cacerolazos en contra de los arrestos domiciliarios a los
peores presos de la Argentina y en Olivos juran que se trató de una protesta
empujada por la oposición que rompió el pacto tácito de apoyar al Presidente
hasta que termine la crisis sanitaria, social y económica causada por la
pandemia del coronavirus.
En la intimidad de la
quinta presidencial se cuestiona a Juntos por el Cambio y se señala su presunta
vinculación con los fuertes cacerolazos que se escucharon anoche en las
principales ciudades del país. Pero también se critica a los diputados,
senadores, intendentes, ministros, secretarios de estado y gobernadores
oficialistas que no aparecieron en los medios de comunicación asegurando que
Alberto Fernández siempre estuvo al margen de la suelta de presos comunes con
la excusa de la amenaza del COVID19.
Solo la ministra de
Justicia, Marcela Losardo, apareció en escena después de la ola de cacerolazos.
Y Losardo, además de ocupar la cartera de Justicia, es amiga personal del
Presidente. Una dato significativo que permite explicar -al margen de las
razones políticas- por qué puso la cara en medios de comunicación.
En este contexto,
Alberto Fernández ya asumió que su relación política con Juntos por el Cambio
sufre la fatiga de la cuarentena, pero aún desea avanzar hacia una nueva fase
del confinamiento con el apoyo de la principal fuerza opositora.
Alberto Fernández y
Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño, en la quinta de Olivos.
Las cifras oficiales
de contagiados y muertos, los testeos rápidos en las terminales de Once, Retiro
y Constitución, las progresiones matemáticas que se hacen en el Ministerio de
Salud y los chats informales que cruzan Alberto Fernández y su comité de
expertos, permiten asumir -hasta hoy- que la curva del coronavirus seguirá
aplacada hasta que el 10 de mayo concluya la fase IV de la cuarentena
obligatoria.
El Presidente no tiene
intenciones de causar falsas expectativas, pero la cuarentena obligatoria puede
derivar a optativa si la duplicación de casos es en cámara lenta, el comité
avala esa decisión política y la oposición acompaña sin fisuras.
El concepto de
cuarentena optativa implica que Alberto Fernández y los líderes de la oposición
apelarían a “la conciencia social” para permitir que se pueda salir a la calle,
hacer deportes al aire libre o sentarse en el banco de una plaza.
Y si a los catorce
días -25 de mayo- la curva al final creció en términos geométricos, los
mandatarios provinciales y el jefe de Gobierno porteño tienen que comprometerse
a respaldar a Alberto Fernández cuando ordene que la cuarentena regrese de
optativa a obligatoria.
Si los principales
líderes de Juntos por el Cambio aceptan esta nueva estrategia presidencial,
Alberto Fernández deberá decidir qué hará con los grupos de riesgo, las
actividades comerciales con fuerte contacto social -espectáculos, restaurantes
y bares- y el transporte público.
La decisión científica
sobre estos aspectos claves del confinamiento, determinará la amplitud de la
cuarentena optativa. La intención es recuperar todos los hábitos cotidianos,
pero hacia la búsqueda de ese objetivo ideal, el presidente evalúa métodos que
permita usar los colectivos, ir a comer o comprar un par de zapatos sin poner
en riesgo el esfuerzo de semanas enteras de cuarentena obligatoria.
La caída de Alejandro
Vanoli y la crisis en el sistema carcelario impactaron en el humor presidencial
y en las relaciones pragmáticas que Alberto Fernández había sellado con la
oposición política. Ya no será sencillo para el Presidente tener una foto
institucional junto a Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, y Horacio Rodríguez
Larreta, jefe de Gobierno porteño.
En Olivos ya
olfatearon un cambio de paradigma, pero Alberto Fernández aún apuesta a
preservar el clima de armonía que encuadró las distintas fases del
confinamiento. Una decisión política que estará en jaque perpetuo hasta que se
anuncie cómo continuará la batalla contra la pandemia a partir del próximo 10
de mayo.
Fuente: Infobae


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