La jueza Martina Forns también denunció presiones durante el macrismo
La jueza
federal de San Martín que falló contra los tarifazos se sumó a sus pares Ana
María Figueroa y Luis Raffaghelli y aseguró que el entonces secretario de
Justicia Juan Bautista Mahíques no estaba solo: "En mi caso, el operador
fue Esteban Conte Grand", ex jefe de Gabinete del ministerio de Justicia. También
señaló al titular de la Corte Suprema y a Graciela Ocaña.
La jueza federal de San Martín, Martina Forns relató las presiones recibidas durante el gobierno de Macri.  
12/05/2020
“Fue un plan
sistemático”. Con estas palabras la jueza federal de San Martín, Martina
Forns se sumó a las denuncias de sus pares Ana María Figueroa y Luis
Raffaghelli sobre las presiones recibidas durante el gobierno de Mauricio Macri.
En diálogo con Página/12 afirmó que “fue un armado” con el sostén de
algunos medios de comunicación. La magistrada que falló en contra de los
tarifazos, apuntó al exjefe de Gabinete del entonces ministro Germán
Garavano, Esteban Conte Grand, al presidente de la Corte Suprema, Carlos
Rosenkrantz y a la diputada macrista Graciela Ocaña como los
ejecutores de una persecución en su contra. También afirmó que Juan
Bautista Mahiques, actual procurador General de la Ciudad y ex representante
del Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Magistratura, fue el encargado de
sostener los pedidos de jury para destituirla. Según Forns, se trató de “una
trama en conjunto”, armada por el entonces gobierno de Cambiemos y algunos
periodistas.
--¿Qué
lectura hace de las revelaciones de colegas suyos sobre las presiones?
--Para mi no
es nuevo lo que dice Ana María Figueroa. Yo viví en esa época todo lo que ella
nos decía. Siempre habló de la persecución. Prácticamente no podía hablar en
público, no podía decir nada porque sabía que todo lo iban a tomar en su
contra. Era algo que le pasaba y nos lo contaba a todos los que estábamos
alrededor.
--¿Sabe de
otros u otras que hayan sido presionados?
--De a poco
empezamos a ver que no era la presión a un solo juez. Sino que se estaba
convirtiendo en una cuestión sistemática. No fueron hechos aislados. Hubo un
plan sistemático. Todo aquel que fallara o que siquiera se atreviera a opinar
distinto en un reportaje era presionado. Incluso yo, que por pertenecer a
Justicia Legítima me dijeron que formaba parte de una asociación ilícita.
--¿Vivió
algo similar en los gobiernos anteriores al de Macri?
--No.
Siempre hubo lobbys, por supuesto. Pero las partes eran las que hacían lobby.
Podían ser rigurosos o agresivos en una defensa, en una apelación contra la
decisión de un juez, pero nunca denigrar a alguien así. Porque además fue una
trama en conjunto. Los periodistas de guerra se combinaban atacando no
solamente los fallos, sino la vida personal. Se metían con tu familia, con tu
vida privada.
--Federico
Pinedo dijo que "es bastante normal que los gobiernos hablen con los
jueces y les digan: 'mire, si usted hace esto, le genera tal daño a la
Argentina'". ¿Qué lectura hace al respecto?
--Eso es de
una imprudencia absoluta porque la propia Corte, en el advenimiento de la
democracia, dictó una acordada que decía que para que un funcionario pueda
hablar sobre un caso con un juez del máximo tribunal tenía que solicitar
audiencia y las entrevistas debían ser con ambas partes. Justamente para evitar
todas esas presiones. Y eso funcionó muy bien. Fue un gran ejemplo para el
Poder Judicial. No es normal que otro Poder tenga injerencia.
--¿Usted
recibió presiones por parte de Juan Bautista Mahiques?
--No. Yo no.
Pero cuando Graciela Ocaña me hizo las denuncias en el Consejo de la
Magistratura hubo un dictamen del juez Cabral que pedía que se cerraran, porque
la Corte nunca me había endilgado mal desempeño. Y se sabía que Mahiques, que
era el representante del Ejecutivo allí, era el que no quería. Sabíamos que
Mahiques era una figura fuerte del Gobierno en las denuncias contra un montón
de jueces. Recuerdo incluso el caso de Arias Gibert que lo quiso investigar por
lo que decía en su Facebook.
--¿Usted
cree que a su marido, Gabriel Macaggi, lo despidieron del Ministerio de
Justicia como parte de las presiones?
--Si. Fue
cuando dicté la medida cautelar contra el DNU que derogó la ley de medios.
¡Macri sacó un decreto en contra de una ley! Algo que en otro momento hubiera
sido impensado. Al mes pusieron a mi marido en una de esas listas negras. Él
hacía 26 años que trabajaba como abogado del Estado. Fue algo muy burdo.
--¿Y qué rol
tuvo Esteban Conte Grand en el despido de su esposo?
--Cuando lo
despidieron yo llamé a Conte Grand a su oficina, oficialmente, porque trabajé
con su madre en la Corte. No me entraba en la cabeza lo que estaba pasando. No
me atendió y luego me devolvió el llamado. Cuando empezamos a hablar me di
cuenta que había una tremenda persecución. En esa conversación me dijo que lo
que pasaba era que mi marido era socialista.
--¿Le dijo
que lo echaban porque era socialista?
--Así como
escuchás.
--¿También
hubo una embestida mediática contra él, no?
--Sí. Jorge
Lanata y Romina Manguel hicieron un programa de televisión acusándolo de que él
era un funcionario que negaba la información pública de los expedientes de
Hotesur y Ciccone. Un programa entero, dedicado a eso, eh. Cuando mi marido no
tenía nada que ver con la oficina a cargo de esos temas. Y en ese programa
estuvo Conte Grand en persona. Se daba todo en paralelo. Fue todo un armado.
--¿Y el
episodio de la granada que explotó en la esquina de su casa?
--Sí. Fue
tremendo. Casualmente todos los que tenían cámaras no pudieron aportar nada a
la investigación. Yo siempre lo relacioné con el accionar del Ejecutivo. Dije
por escrito en la causa que había un ejército de trolls diciendo que había que
ir a escrachar a la jueza a su casa. Fueron cuestiones muy violentas.
--La Corte
llegó a decir que usted desprestigiaba al Poder Judicial.
--Antes de
la llegada de Rosenkrantz la Corte falló en contra del tarifazo de gas. Ese
fallo decía que el aumento de las tarifas era irrazonable, arbitrario,
desmedido, que no se habían hecho las audiencias públicas, etc. Todo
exactamente igual a mi fallo sobre las tarifas de luz, sobre el que la Corte se
expidió sólo veinte días después de su sentencia sobre el gas. Dijeron que
había saltado instancias cuando es algo que no existe en materia de acciones
colectivas. Pero además de la cuestión técnica, me devolvieron la causa
diciendo que yo había “desprestigiado” al Poder Judicial. Nunca en la historia
existió un Tribunal que se exprese así. Eso, en todo caso, es materia de un
jurado de enjuiciamiento, de un tribunal de ética. Un fallo puede decir que
algo no es razonable, que es improcedente, arbitrario, pero jamás en la persona
del juez. Después, eso fue lo que dio lugar a que dos operadores, Graciela
Ocaña y un legislador correntino me iniciaran otra denuncia en el Consejo de la
Magistratura. Para mí fue todo muy claro. Se daba todo en paralelo. Hasta me
acuerdo de Joaquín Morales solá y Lanata que antes que salga el fallo ya decían
que la Corte me iba a retar. Fue todo un armado.
Fuente:pagina12.com.ar

 
 
 
 
 
 
 
 
 
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