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     En el mes del
    wellness, spa y relax te mostramos ocho destinos rodeados de plena
    naturaleza, descanso y excelentes comodidades. 
  
    
  06/07/2021
    Wellness. DÃcese del equilibrio entre
    salud espiritual, mental y fÃsica: una sensación de satisfacción integral.
    Concepto que cotiza cada dÃa más alto y que logró su lugar en la cima de
    las prioridades humanas, especialmente en los últimos tiempos por el contexto
    que nos atraviesa. Existen muchos métodos, tratamientos y espacios que lo
    fomentan y se ocupan de facilitar aquel codiciado estado de relax, placer y
    bienestar. Pero, ¿qué pasa si la encargada de ofrecerlo es la naturaleza
    misma? 
     
    Directo de las capas subterráneas de la Tierra emergen aguas con 5 °C más
    que la temperatura de la superficie y cuyos minerales producen una
    incontable lista de beneficios para el cuerpo y el espÃritu. Estas son las
    famosas aguas termales. Argentina tiene variados recursos termales y cerca
    de 200 fuentes que van desde manantiales hasta complejos. Cifras como esas
    posicionan al paÃs como el destino perfecto para ir en busca de esa riqueza
    vital en espacios donde renovar energÃas es moneda corriente y desconectar
    pasa a ser tarea fácil. 
     
    En Argentina se disfrutan aún más. ¿Por qué? Porque existen joyas
    escondidas en todo el paÃs que ofrecen un catálogo de beneficios completo,
    pero en entornos naturales y al aire libre. Entre montañas, rÃos, rocas y
    copas de árboles, la distensión y el disfrute llegan solos. A continuación,
    ocho espacios termales inmersos en el bellÃsimo medio ambiente argentino. 
  
    1. Termas
    de RÃo Hondo, Santiago del Estero  
    Un clásico argentino. En los últimos años, la ciudad santiagueña
    reconfiguró su oferta y actualmente se posiciona dentro de los grandes
    puntos turÃsticos del paÃs. A modo de resumen, es el destino con la mayor
    cantidad de pozos termales de América Latina. Esto la convierte en un lugar
    ideal para descanso, para reponer energÃas y volver a la actividad diaria
    completamente rejuvenecido y rejuvenecida. 
     
    A una hora aproximadamente de la capital provincial, además de Turismo
    Termal, la ciudad presenta excelentes propuestas deportivas - la cancha de
    golf del Termas de RÃo Hondo Golf Club, diseñada por Robert Trent Jones II,
    hijo del legendario arquitecto estadounidense, se convirtió desde su
    inauguración en 2018 en uno de los must del Turismo
    Deportivo de Argentina-, hotelerÃa de primer nivel, uno de los autódromos
    más avanzados de la región, el Museo del Automóvil, un aeropuerto moderno
    y, por supuesto, la calidez de su gente. En Termas, el disfrute y la buena
    vida están asegurados.
 
  
    
   2. Termas
    de Cacheuta, Mendoza
  
    A orillas del RÃo Mendoza y a menos de una hora en auto de la Ciudad de Mendoza
    se encuentra un Parque Termal que, sin obstáculos, se convirtió en uno de
    los imperdibles turÃsticos más importantes de la provincia. No era de
    extrañarse, a los atractivos de las aguas termales que contiene se les suma
    un componente más que seductor: un entorno a los pies de la Cordillera de
    Los Andes. 
     
    Más de diez piscinas revestidas con piedras y rodeadas de verde invitan a
    sumergirse en aguas cálidas y 100% naturales que provienen del deshielo,
    cada una con distintas hidroterapias y temperaturas que van desde los 20 a
    los 43°C. El paisaje es de ensueño, una combinación entre aire libre,
    precordillera, mucho verde, piedras, agua y vapor.  
     
    Junto a los piletones existen dos actividades que complementan la escapada
    de relax: opciones de tratamientos de fangoterapia y dos Vaporariums donde,
    mediante la inhalación de los vapores que emanan de los manantiales, se
    desintoxica el cuerpo y la piel y se ayuda al sistema respiratorio. 
  
    
   3. Termas de
    Federación, Entre RÃos
  
    Besando al rÃo Uruguay, en el noreste entrerriano. Otro clasicazo en una
    provincia con una gran tradición en la actividad termal. Fue construida
    hace poco más de 40 años para reemplazar a la vieja ciudad homónima
    desaparecida por el lago artificial Salto Grande. 
     
    La idea de la reconstrucción fue un proyecto que tuvo el efecto ideal: hoy
    la ciudad es un sÃmbolo de las aguas cálidas y siempre que se piensa en un
    spa Federación se sitúa en los primeros lugares. Todo esto se produjo
    gracias al esfuerzo de su gente y a la visión de la provincia de crear un
    gran destino turÃstico, moderno y súper hospitalario. 
     
    Si das una vuelta por estas tierras bendecidas ¡no dejes de tomar un mate
    con medialunas en la costanera durante la golden hour! 
     
    4. Termas de Sáenz Peña, Chaco
  
    Conocida como La Termal, esta icónica ciudad chaqueña presenta una
    ubicación inmejorable, ya que al estar en el centro geográfico de Chaco,
    permite trasladarse con rapidez a Resistencia –capital provincial- o a
    otros puntos de gran interés, como Campo del Cielo –increÃble lugar donde
    hace 4 mil años impactó una lluvia de meteoritos y en la actualidad se
    pueden ver valiosas piezas de ese episodio- o el Parque Nacional El
    Impenetrable. 
     
    Quien llegue a esta provincia y pueda recorrerla entenderá que Sáenz Peña
    es la parada indicada para tomarse un respiro y gozar de la buena vida. A
    esto se le agrega el legado de las colectividades extranjeras que se
    afincaron aquà hace décadas y en la actualidad son ejemplo de convivencia y
    diversidad cultural. 
     
    Chaco es el gran secreto argentino y parte de ese misterio glorioso se
    esconde detrás de las aguas mansas de Sáenz Peña.
  
    
   5. Termas de
    Copahue, Neuquén
  
    Un Centro Termal como pocos en el mundo. ¿Por qué? Porque es el único que
    almacena tantos minerales de calidad como fangos, algas, vapores y aguas
    mineromedicinales en un solo lugar. Con una superficie de más de diez mil
    metros cuadrados, cinco lagunas termales, programas de salud y belleza
    personalizados, fumarolas y hervideros - entre otros - es la sede perfecta
    para el relax.  
     
    Su origen volcánico es el responsable de producir los recursos curativos.
    Estos se remontan a los tiempos de los indios Pehuenches; fueron ellos
    quienes descubrieron las propiedades del suelo y tenÃan sus rituales de
    baño en las lagunas que iniciaba con una ofrenda al dueño de las termas,
    “Aún-Co”. Copahue, en mapuche, significa “lugar de azufre”.  
     
    Aquella acción volcánica diseñó el paisaje que, a casi 1980 metros sobre el
    nivel del mar, lleva la impronta patagónica de montañas y paisajes mágicos.
    De hecho, en el 2016 se lanzó el programa de Termas Nevadas donde se
    implementaron técnicas para aprovecharlas en invierno, cuando el acceso era
    imposible por los cúmulos de nieve alrededor. El paisaje teñido de blanco y
    decorado con el vapor de las aguas es, sencillamente, un lujo turÃstico. 
     
    El desarrollo de las instalaciones y la oferta de actividades dentro son
    inmensos: desde programas terapéuticos hasta otros dermatológicos,
    respiratorios, antiestrés y de belleza. Todos indicados por un equipo de
    profesionales médicos en base a las necesidades puntuales de cada uno.
    Máscaras de fango, hidratación, masajes faciales y capilares y más opciones
    integran la jornada de descanso en Copahue. 
     
    6. Termas de Carhué, Buenos Aires
  
    En el extremo oeste de la Provincia de Buenos Aires se esconde este destino
    que, con el paso de los años, gana cada vez más terreno en el mundo
    turÃstico de Argentina. La combinación entre campo, buen clima, asado y
    descanso en sus aguas cálidas resulta perfecta. 
     
    Carhué cuenta con un plus de mÃstica e historia que, difÃcilmente, se
    encuentre en otras termas del paÃs. Muy cerca del pueblo se ubican las
    ruinas de la Ex Villa TurÃstica Lago Epecuén, pequeña aldea que tuvo su
    esplendor en el siglo XX. Debido a una gran inundación sufrida en 1985,
    todas sus calles quedaron colapsadas por el desastre natural. En la
    actualidad, ya con el retroceso del agua, muchos turistas llegan hasta allÃ
    para tomar fotografÃas de las antiguas construcciones, devenidos en tesoros
    arquitectónicos. Es un viaje en el tiempo fascinante, repleto de historias. 
     
    Asà es Carhué, un lugar que te permite hacer base para moverte a Epecuén,
    cruzar a la Provincia de La Pampa, disfrutar de la geografÃa de Sierra de
    la Ventana o simplemente poner la cabeza en off y parar el tiempo. 
     
    7. Termas de Fiambalá, Catamarca
  
    Ahora es el turno de los colores del norte. Entre arcoÃris rojizos pintados
    en la tierra y precipicios de laderas de la Cordillera de los Andes nacen
    aguas termales consideradas como uno de los principales puntos turÃsticos
    de Catamarca. Como siempre, sus propiedades relajantes y beneficiosas para
    el cuerpo funcionan como incentivo perfecto para acercarse, pero el toque
    final lo da el escenario.  
     
    Las temperaturas de sus aguas distribuidas en 14 piletones - que fueron
    construidos ecológicamente de forma tal que se mimetizan con el entorno -
    comienzan en 28° C y pueden alcanzar más de 50° C. A su vez, están
    clasificadas por las caracterÃsticas que las componen: sulfatada,
    hipertermal, alcalina, y más. Un oasis de paz a 1550 metros sobre el nivel
    del mar y a solo 12 kilómetros de la ciudad de Fiambalá.
  
    
   8. Termas Del
    Jordán, Jujuy
  
    El rojo, el verde y el turquesa conviven en perfecto matrimonio en las
    Termas Del Jordán, pozos naturales de hasta dos metros de profundidad que,
    escondidos en la selva de yungas, hipnotizan con facilidad a quien decida
    descubrirlos. 
     
    En la localidad de San Francisco - a menos de 20 km al sur de Valle Grande
    - se refugia esta maravilla jujeña desconocida para muchos. El principal
    distintivo, su color. Debido a las grandes cantidades de azufre y minerales
    de las aguas (que alcanzan los 30° grados), el celeste verdoso puro
    contrasta con las tonalidades propias de la vegetación que lo envuelve y
    crean un espacio digno de pelÃcula. Mucho mejor que cualquier spa, ¿no? 
     
    El ojo de agua termal protagonista por estos pagos se llama “Laguna Azul”.
    Deslumbrante es poco. ¿La mejor época para ir? Entre abril y octubre,
    aquella que esquiva la temporada de lluvias caracterÃstica de la zona. 
     
    Foto 3: gentileza Sec. Tur. Federación 
    Foto 4: gentileza Min. Tur. Neuquén 
    Foto 5: gentileza Min. Cult. y Tur. Jujuy
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